Después de que en las elecciones legislativas de 2005 la oposición decidiera retirarse y dejar todo el poder en manos del partido de Chávez y grupos afines, esta vez todo parece que será diferencia en los comicios del 26 de septiembre e incluso algunas encuestas apuntan a una batalla para los "bolivarianos" mucho más dura de lo que pensaban.
Para preparar el camino, Chávez comenzó hace ya varios meses a arremeter contra los medios de comunicación opositores, Globovisión entre ellos o últimamente El Nacional. Esta vez ha querido dejar claro a sus seguidores que el objetivo principal no es sólo ganar las elecciones y ocupar buena parte de la Asamblea Nacional sino también "demoler" a la oposición.
Durante un acto de "juramentación" de patrulleros socialistas celebrado en la ciudad de Barinas, en el oeste del país, el bolivariano señaló que "el 26 de septiembre vamos a defender con nuestra victoria no sólo lo que hemos hecho en 10 años, sobretodo vamos a defender el futuro" y agregó que "aunque estamos lejos de la meta todavía, hoy en apenas 10 años, la situación se ha invertido, la mayoría de los niños de los llanos tienen escuela gratuita y de calidad".
Pero el centro de su discurso vendría después. En un tono amenazador y con el claro objetivo de levantar a sus huestes, Chávez dijo que "sería una verdadera tragedia que esa quinta columna podrida, contrarrevolucionaria, integrada por adecos y copeyanos, tomara la mayoría en la Asamblea Nacional", en clara referencia a los principales partidos opositores al Gobierno, Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI).
Por eso, apuntó que "vamos a demoler a esa quinta columna contrarrevolucionaria. La operación de septiembre se va llamar así: Operación Demolición. Me los demuelen. Ésa es la orden: Demolición. Nosotros no llegamos aquí para ser derrotados otra vez, porque ustedes hombres y mujeres de las llanuras venezolanas son los herederos de los centauros de las queseras del medio. No podemos dejar de quebrarnos la lanza por la oligarquía imperialista. ¡Y ahora sí tendremos patria!", mientras los miles de seguidores enfervorecidos lo aplaudían.