L D (EFE) Los terroristas han vuelto a matar en Rusia, una semana después de haber asesinado a noventa personas en dos aviones Tupolev. El nuevo atentado ha sido en Moscú y mediante un coche-bomba. El servicio Federal de Seguridad (FSB), ha confirmado, según la agencia rusa Interfax, que el atentado ha sido obra de una terrorista suicida.
Según han informaron fuentes del Ministerio de Emergencia a la agencia Interfax, la potencia de la explosión fue tal que a decenas de metros estallaron los vidrios de las ventanas y en un radio de medio kilómetro se activaron las alarmas de los vehículos.
La agencia de noticias RIA-Nóvosti ha informado que doce personas se encuentran en estado grave y ha precisado que entre los afectados hay varios niños con heridas de fragmentación y quemaduras. Fuentes policiales dijeron a la agencia que la bomba tenía una potencia equivalente a trescientos o cuatrocientos gramos de trilita y llevaba una carga de tornillos y otros elementos de metralla para causar el mayor número de víctimas.