Según recoge la BBC, las autoridades japonesas estiman que el señor Kato podría llevar 30 años muertos. En cualquier caso, ya sospechaban que algo extraño sucedía con el que era el japonés más longevo de la ciudad. Tal y como cuenta BBC, los funcionarios se encontraban con la respuesta "no quiero ver a nadie" cada vez que se acercaban para honrarle a su domicilio en el barrio tokiota de Adachi.
Ahora quienes están en el punto de mira es la familia del difunto anciano a quienes se investiga por un posible fraude.
Encargados de los servicios sociales ya habían encargado una investigación a la policía después de que los familiares trataran de auyentarles cada vez que han pretendido visitarles durante el último año. En esta ocasión, irrumpieron por sorpresa en la vivienda con una tarta de cumpleaños. Su sorpresa llegó cuando descubrieron un cuerpo momificado, que se cree, pertenece al señor Kato, acostado en su cama, en ropa interior y pijamas y cubierto con una manta.
Los familiares explicaron a la policía que Kato llevaba en su habitación "más de 30 años" y que se había convertido "en un Buda viviente". Pero la familia había recibido un total de 109.000 dólares (algo más de 80.000) euros de las pensiones de viudedad del anciano, a través de la cuenta bancaria del Sr. Kato desde que su esposa murió hace 6 años. Parte del dinero se había retirado recientemente.
La investigación también apunta a que el fondo de pensiones llevaba mucho tiempo sin comunicarse con su asegurado. "Su familia debe haber sabido que se ha muerto todos estos años y actuó como si nada hubiera pasado. Es muy extraño", dijo Yutaka Muroi, un funcionario del bienestar social de Tokio.