LD (EFE) Un grupo de trabajadores con una excavadora y bajo una fuerte protección policial ha comenzado a derribar por sorpresa el centro juvenil danés de "Ungdomshuset", el mismo cuyo desalojo desató en los últimos días los peores disturbios que en décadas se han registrado en Copenhague.
Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, los obreros tuvieron que llevar el rostro cubierto mientras que el nombre de la empresa propietaria de la excavadora se cubrió para evitar represalias. Los sindicatos daneses habían recomendado que no se aceptara un trabajo que se desarrolló bajo protección policial.
La secta cristiana "Faderhuset" (Casa del padre), a quien una sociedad intermediaria vendió el centro y su solar tras comprarlo en 2000 al ayuntamiento, había convocado hoy una rueda de prensa en la que se esperaba anunciase sus planes de derribarla.
La asociación de "ocupas" ha dicho en un comunicado que "desde la primera vez que 'Faderhuset' habló del derribo de esta casa de más de cien años hemos propuesto una y otra vez a los políticos que les ofrecieran otro terreno y se protegiera la historia. Los políticos han elegido conscientemente ignorar la oferta".