El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró este miércoles formalmente el fin de la misión de combate en Irak, tras más de siete años de guerra, y fijó la atención a la contienda pendiente en Afganistán y la recuperación económica en este país.
"Esta noche, estoy anunciando que la misión de combate estadounidense en Irak ha terminado. La Operación Libertad Iraquí ha terminado y el pueblo iraquí ahora tiene la responsabilidad primordial por la seguridad en su país", afirmó Obama, desde el mismo despacho donde, en marzo del 2003, su antecesor, George W. Bush, declaró la guerra a Irak.
Durante un discurso de unos 18 minutos desde el Despacho Oval -su segundo allí desde que asumió el poder- Obama aseguró que es hora de "pasar página" en Irak, si bien reconoció que "la violencia no terminará con el fin de nuestra misión de combate".
Obama instó a los líderes iraquíes a avanzar con "un sentido de urgencia" para la formación de un nuevo gobierno nacional que sea "justo, representativo y que rinda cuentas al pueblo iraquí".
Pero la precaria situación de seguridad, la falta de un gobierno nacional tras los comicios de marzo pasado, las luchas sectarias y los atentados terroristas han suscitado críticas de que la retirada de las unidades de combate de EEUU en Irak ha sido prematura.
Obama enfatizó que poner fin a la guerra en Irak no sólo beneficia al país árabe sino también a Estados Unidos, que "ha pagado un precio muy alto para poner el futuro de Irak en las manos de su pueblo".
Pese a la salida de las últimas brigadas de combate en Irak, los expertos señalan que, en la práctica, aún hay riesgos para los algo menos de 50.000 soldados que permanecerán en Irak hasta diciembre del 2011.
Dentro de la operación "Nuevo Amanecer", los soldados estadounidenses continuarán la capacitación de las fuerzas de seguridad iraquíes en la lucha antiterrorista, como parte del continuo compromiso político en Irak.
Aunque la siguiente fase se centrará en los esfuerzos civiles en Irak, lo más probable es que los soldados continúen apoyando las operaciones para aniquilar a la red terrorista Al Qaeda. De hecho, Obama aseguró que Estados Unidos derrotará a Al Qaeda y evitará que Afganistán "vuelva a servir de base a terroristas".
En el discurso no hubo mención del envío adicional de 30.000 soldados a Irak ordenado por Bush en el 2007 y al que Obama se opuso como miembro del Senado. Esa omisión ha molestado a líderes de la oposición, entre ellos el senador republicano John McCain, que hoy mismo reiteraron que ese refuerzo militar fue lo que propició las condiciones para esta retirada.
Obama, que habló con Bush por la mañana, dijo que "nadie podría poner en duda el apoyo del presidente Bush a nuestras tropas, o su amor por su país y su compromiso con nuestra seguridad". También comparó la escalada militar en Irak ordenada por Bush con la que él ha ordenado en Afganistán.
No obstante, aseguró que las tropas adicionales en Afganistán estarán allí "por tiempo limitado para dar espacio a los afganos a que fortalezcan su capacidad y aseguren su propio futuro".
Casi 10 años después de la guerra en Afganistán, iniciada tras los atentados del 2001 en EEUU, Obama dijo entender el escepticismo en torno a la misión militar en ese país pero enfatizó que Al Qaeda "continúa conspirando contra nosotros, y sus líderes permanecen anclados en la región fronteriza de Afganistán y Pakistán".
Agregó que EEUU podrá ahora canalizar los recursos necesarios "para ir a la ofensiva" en Afganistán, en la que ahora es la guerra más prolongada de este país desde el conflicto en Vietnam.
Consciente de que la economía se perfila como el asunto más acuciante de los estadounidenses con vistas a los comicios legislativos del próximo 2 de noviembre, Obama dijo que, ahora, su "responsabilidad central" es restaurar la salud de la economía en EEUU.
Durante el discurso, Obama dejó en claro que cumplió su promesa electoral y que ahora EEUU debe responder a los retos en casa "con la misma energía" que los soldados combatieron en el exterior.