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Nuevos bombardeos masivos de los aliados debilitan las defensas de la Guardia Republicana iraquí

La Guardia Republicana de Sadam Hussein está debilitada tras los últimos bombardeos sobre Bagdad, pero un asalto final para tomar la capital iraquí no parece inminente, según fuentes del Pentágono. De momento, la avanzadilla de las tropas aliadas parecen haber superado ya las defensas ubicadas a unos 80 kilómetros de Bagdad.

(Libertad Digital) El general Stanley McChrystal, vice director de operaciones del estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas de EEUU, ha declarado que "hemos advertido un importante debilitamiento" de la Guardia Republicana" debido al ataque llevado a cabo en las últimas horas. En los últimos días, unidades de la Tercera División de Infantería de EEUU se han enfrentado a elementos de la División Medina de la Guardia Republicana, que ha sido blanco de sus proyectiles cerca de Karbala, a unos 80 kilómetros al sur de Bagdad, informa FOX News . Al tiempo, las operaciones para ablandar las defensas de Bagdad parecen haber logrado sus objetivos, ya que fuentes del Mando Central aliado han dicho que varias unidades de la División Nabucodonosor de la Guardia Republicana y otras del norte de Bagdad han comenzado a desplazarse hacia el sur para reforzar las tropas que defienden la ciudad por esa área.

Tanto el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, como el general Richard Myers, jefe del estado mayor conjunto, indicaron en las últimas horas que el ataque contra la capital iraquí sigue siendo el objetivo principal de los aliados. Sin embargo, Rumsfeld aclaró que la ofensiva contra la ciudad comenzará sólo cuando las tropas estadounidenses estén listas. "Los días que vienen son difíciles. Bagdad no va a ser fácil", manifestó. Myers agregó que "nos podemos dar el lujo de ser pacientes. No comprometeremos a nuestras tropas en una batalla que no sea claramente favorable". La idea de que la toma de Bagdad es eje central de la guerra fue reiterada también por el propio presidente de EEUU, George Bush, durante un discurso ante el Servicio de Guardacostas en Filadelfia (Pensilvania). "Todavía quedan muchos peligros. Pero día a día nos acercamos más a Bagdad. Día a día nos acercamos más a la victoria", dijo. Al fondo de esa victoria está Sadam Husein, sobre cuyo estado de salud siguen teniendo dudas razonables en el Pentágono, informa The New York Post .

Polémica: los daños colaterales

Pero el esfuerzo de los aliados por centrar el debate en los movimientos de la tropa sobre Irak se contrapuso con la muerte de siete civiles, mujeres y niños, como resultado de los disparos hechos el lunes por soldados estadounidenses en un puesto de control de carreteras cercano a Nayaf, en el centro de Irak, al sur de Karbala. Según el Mando Central, el incidente ocurrió cuando el conductor de una camioneta en la que viajaban quince mujeres y niños no obedeció una orden de detenerse. "Como último recurso, los soldados dispararon al compartimiento de pasajeros del vehículo", dijeron fuentes militares, que justificaron los hechos "en vista de recientes ataques terroristas lanzados por el régimen iraquí". De hecho, el sábado se produjo, en esa misma zona, un atentado suicida en el que murieron cuatro soldados estadounidenses.

Sin embargo, el reportero William Branigin, que viaja adosado a la Tercera División de Infantería de EEUU, ha publicado un reportaje en el diario estadounidense The Washington Post que contradice la versión oficial. Según el periodista, el incidente se cobró diez vidas y ocurrió porque las tropas no avisaron a tiempo al conductor para que se detuviera. Branigin afirma que en la furgoneta iban quince civiles iraquíes que huían de la devastación de la guerra, de los que diez murieron, cinco de ellos niños menores de cinco años. "¡Acabáis de matar a una familia por no haber disparado tiros de aviso a tiempo!", dice el reportaje que gritó el capitán Ronny Johnson al pelotón que efectuó los disparos contra el vehículo en un control de carreteras cerca de Nayaf.

Poco antes, Johnson había avisado por radio al pelotón de la aproximación de la furgoneta y había ordenado primero que se efectuaran disparos de advertencia y luego que se disparara al radiador del vehículo, explica el reportaje. Pero al ver la tardanza en cumplirse sus órdenes, el capitán instó al pelotón a detener la furgoneta, que fue alcanzada por media docena de tiros que acabaron con la vida de diez personas.

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