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Nicaragua se une a la populista Alternativa Bolivariana de las Américas que encabezan Chávez, Castro y Morales

El nuevo presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, anunció la incorporación de su país a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), inspirada en los principios antiliberales y socialistas de los regiménes de Chávez y la dictadura de castrista, para intentar contrarestar el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA). La investidura de Ortega se convirtió en un festival populista en el que el presidente venezolano Hugo Chávez, acaparó todo el protagonismo. Además, la ceremonia constituyó un explícito compromiso de unidad política entre Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Cuba, y un homenaje al dictador, Fidel Castro.

LD(EFE) Ante más de cien mil de sus seguidores congregados en la plaza de la Fe "Juan Pablo II", situada a orillas del lago de Managua, tras ser investido presidente, Daniel Ortega dijo que se incorporará al ALBA, junto a Venezuela, Bolivia y Cuba, en un acto oficial este jueves.
 
Flanqueado por los presidentes de Venezuela y Bolivia, Higo Chávez y Evo Morales, respectivamente, además del vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado, Ortega anunció orgulloso que "vamos unirnos al ALBA". Enseguida, pidió a la multitud que levantara sus manos para respaldar su decisión.
 
Ortega enfatizó que "el ALBA y la solidaridad caminan rápidamente, no hay que estar esperando a estar negociando con los organismos". Sobre el Tratado de Libre Comercio que Nicaragua y los demás países de Centroamérica, junto a República Dominicana, suscribieron con EEUU (DR-Cafta), el presidente dijo que seguirán "luchando porque mejoren las condiciones".
 
Ortega pronunció este discurso en la Plaza de la Fe "Juan Pablo II" de Managua, después de haber asumido la presidencia de Nicaragua tras haber ganado las elecciones del pasado cinco de noviembre. La investidura se convirtió en un festival populista en el que Chávez, acaparó todo el protagonismo. Además, la ceremonia constituyó un explícito compromiso de unidad política entre Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Cuba, y un homenaje al dictador, Fidel Castro.
 
La escena final fue la de Ortega abrazado a sus colegas venezolano y boliviano, Evo Morales, con el puño en alto los tres, al son de la canción "El pueblo unido jamás será vencido" sobre un escenario ante más de cien mil personas concentradas en una plaza de Managua.

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