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Musharraf justifica el estado de excepción por las "injerencias judiciales"

El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, se ha dirigido a la nación tras decretar el estado de excepción y sustituir al presidente del Supremo, quien tenía que decidir sobre la validez de su reelección. Para justificar su decisión, Musharraf ha dicho que "el sistema de Gobierno estaba semiparalizado por las injerencias judiciales". Después de suspender la Constitución, el presidente pakistaní ha asegurado que espera que las libertades democráticas sean restauradas tras las elecciones. EEUU y Reino Unidos han "lamentado" la medida.

L D (Agencias) Pervez Musharraf cita "el visible incremento de las actividades de los extremistas y los incidentes motivados por los ataques terroristas –entre los que se incluyen atentados suicidas, bombas, y lanzamiento de cohetes– que suponen una grave amenaza para la vida y la propiedad de los ciudadanos de Pakistán". Del mismo modo, el dirigente denuncia que "algunos miembros del Poder Judicial trabajan con dobles propósitos" a la hora de colaborar con el Poder Ejecutivo y con el Poder Legislativo, "debilitando la resolución del Gobierno" y "diluyendo las acciones del Gobierno para hacer frente a esta amenaza".
 
Según el texto oficial, el estado de excepción responde a la acción de algunos jueces "que han sobrepasado los límites de la autoridad que les comporta su cargo" y a pesar de que el Gobierno reconoce "la independencia entre estos poderes", es de "importancia fundamental" que los miembros del Tribunal Supremo "limiten el alcance de sus funciones". De este modo, y dado que el Gobierno no es capaz de "afrontar la situación de acuerdo con la Constitución", por lo que "se proclama el estado de excepción, que entrará en vigor de forma inmediata".
 
Poco después de declararse el estado de excepción, el presidente el Tribunal Supremo de Pakistán, Iftikhar Chaudhry, fue puesto "bajo custodia" en un lugar que no ha sido revelado. Las fuerzas gubernamentales se llevaron "bajo custodia" al magistrado y a otros ocho jueces cuando se encontraban en la sede del Supremo, adonde se habían desplazado tras conocer la imposición del estado de excepción. El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, ha nombrado al magistrado Abul Hameed Dogar nuevo presidente del Tribunal Supremo.
 
Antes de su arresto, Chaudhry y los otros ochos magistrados declararon ilegal e inconstitucional el nuevo orden proclamado por el régimen de Pervez Musharraf, añadieron las fuentes, que denunciaron que el Gobierno ha suspendido la emisión de los medios independientes para evitar la difusión de esta información. Efectivos del Ejército y paramilitares acordonaron el edificio del Supremo antes de llevarse "bajo custodia" a los magistrados.
 
Las Fuerzas Armadas también han desplegado hombres en otros puntos clave de Islamabad, como el edificio del Parlamento y las sedes de la televisión y la radio estatal. El presidente del Tribunal Supremo lideró a principios de este año un movimiento sin precedentes de contestación a Musharraf, después de que éste intentara, sin éxito, apartarle de su cargo. La declaración del estado de excepción se produce pocos días antes de que el Supremo se pronunciara sobre la legalidad de la reciente reelección de Musharraf como presidente, calificada de ilegal por varios partidos de la oposición.
 
Reino Unido y Estados Unidos lamentan tal proclamación
 
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha criticado la decisión del presidente paquistaní, al tiempo que solicitó "contención" en ambos lados y un rápido retorno del país a la democracia. Para Rice "EEUU no apoya medidas extraconstitucionales", en declaraciones recogidas por la CNN turca, en las que consideró que la decisión adoptada por Musharraf es "muy lamentable".
 
Desde Washington, el portavoz del departamento de Estado, Sean McCormack, reconoció estar "profundamente incomodado" por la evolución de los acontecimientos. "La declaración de un estado de emergencia sería un tremendo golpe para la democracia paquistaní, y aparta al país del camino hacia un régimen civil", afirmó el portavoz.
 
Por su parte, el Gobierno británico también expresó su "grave preocupación" ante dicha medida, según la primera reacción oficial de Londres emitida por el ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband. "Todos los aliados de Pakistán estarán preocupados por el giro que han dado hoy los acontecimientos", declaró Miliband. El ministro afirmó que Reino Unido "reconoce la amenaza a la paz y a la seguridad a la que se enfrenta el país" pero también dijo que "el futuro de Pakistán depende de la capacidad del país para emplear el poder de la democracia y de la ley para lograr la estabilidad y el desarrollo".
 
Miliband concluyó la declaración expresando su "grave preocupación por las medidas adoptadas hoy por el Gobierno de Musharraf", que "alejarán al país de los objetivos antes mencionados". En medio de esta situación, se espera que la ex primera ministra Benazir Bhutto, líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), regrese al paía desde Dubai en las próximas horas. El portavoz de Bhutto, Farhatullah Babar, confirmó el anuncio realizado desde Dubai por el marido de la ex mandataria y aseguró que ésta ha decidido acortar su estancia allí y regresar a Karachi (sur) de inmediato.

La ex primera ministra había advertido el pasado miércoles de que, si se decretaba el estado de excepción, habría manifestaciones masivas en las calles. El jueves, pese a los insistentes rumores que apuntaban a que Musharraf iba a tomar esa medida, Bhutto partió hacia Dubai para visitar a su familia.

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