L D (EFE) El comunicado de Al Baaz, al que ha tenido acceso Efe, califica a Al Duri de "líder de la resistencia armada y de los Muyahidin", y asegura que falleció la pasada madrugada, aunque sin precisar detalles sobre su muerte.
Los militares norteamericanos e iraquíes, que no han comentado de momento esta noticia, han acusado en varias ocasiones a Al Duri de ser el cerebro que coordina a gran parte de las numerosas acciones terroristas cometidas en diferentes puntos de Irak desde el derrocamiento del régimen de Sadam en abril de 2003.
Al Duri, nacido el 1 de julio de 1942 en una aldea del norte de Bagdad, era el vicepresidente del Consejo del Mando de la Revolución, el organismo con mayor poder en la estructura del régimen baazista de Sadam. Participó en el golpe de Estado que en 1968 llevó al poder a Sadam Husein y sólo este militar y el ex vicepresidente Taha Yasín Ramadán –ya detenido– sobrevivieron a todas las purgas que su dirigente llevó a cabo desde entonces.
A este suní islamista se le atribuye el giro religioso que el régimen dio a partir de 1991 y de tender lazos con grupos integristas islámicos, en especial wahabíes, una red que estaría siéndole muy útil en la insurgencia. Al parecer, tenía cáncer, pero su enfermedad, nunca confirmada oficialmente, no le impidió continuar representando a Sadam en todas las cumbres árabes e islámicas desde 1991, cuando el dictador dejó de viajar al extranjero.
Los militares norteamericanos e iraquíes, que no han comentado de momento esta noticia, han acusado en varias ocasiones a Al Duri de ser el cerebro que coordina a gran parte de las numerosas acciones terroristas cometidas en diferentes puntos de Irak desde el derrocamiento del régimen de Sadam en abril de 2003.
Al Duri, nacido el 1 de julio de 1942 en una aldea del norte de Bagdad, era el vicepresidente del Consejo del Mando de la Revolución, el organismo con mayor poder en la estructura del régimen baazista de Sadam. Participó en el golpe de Estado que en 1968 llevó al poder a Sadam Husein y sólo este militar y el ex vicepresidente Taha Yasín Ramadán –ya detenido– sobrevivieron a todas las purgas que su dirigente llevó a cabo desde entonces.
A este suní islamista se le atribuye el giro religioso que el régimen dio a partir de 1991 y de tender lazos con grupos integristas islámicos, en especial wahabíes, una red que estaría siéndole muy útil en la insurgencia. Al parecer, tenía cáncer, pero su enfermedad, nunca confirmada oficialmente, no le impidió continuar representando a Sadam en todas las cumbres árabes e islámicas desde 1991, cuando el dictador dejó de viajar al extranjero.