Moratinos: "El Gobierno no negocia con terroristas ni paga rescates"

En una entrevista en el diario El Mundo, Miguel Ángel Moratinos defiende a capa y espada su cuestionadísima gestión en episodios como la huelga de hambre de Aminatu Haidar o el "Alakrana". También habla, desde "la prudencia", de las gestiones para resolver con éxito el secuestro en Mauritania de tres cooperantes españoles.

Moratinos sentencia que "es falso" que en el caso del atunero vasco hubieran pagado "rescate alguno con fondos reservados". "Lo único que hicimos fue una aportación a la embajada de España en Kenia que no superó los 30.000 euros, para gestiones extraordinarias de esa representación", dice el ministro, que sentencia después: "Que quede claro que el Gobierno no negocia ni paga rescates y no somos más vulnerables que otros países".

Lo mismo dice cuando se le pregunta por la solución de otro secuestro, el de los cooperantes en Mauritania. "El Gobierno no negocia con terroristas; por tanto, no voy a entrar a hacer valoraciones sobre supuestas reivindicaciones", responde Moratinos, miembro de un Ejecutivo que sí lo hizo en la legislatura pasada.

Sobre el caso Haidar, el ministro de Exteriores defiende que lo que se dijo en documento público sobre la soberanía marroquí en el Sahara fue sólo una "constatación" y algo que, según él, "la propia Haidar reconoce porque ella misma pidió y aceptó la devolución del pasaporte". Preguntado por la periodista, dice que él reconoce "el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui".

Al recordársele la posición de Marruecos, Moratinos opta por defender la actitud del país vecino y decir que sus declaraciones sobre cooperación en inmigración ilegal y terrorismo estaban "sacadas de contexto". Del papel del Rey, dice que hubiera sido "una irresponsabilidad" exponerle para tratar de resolver el caso.

Por último, Moratinos se suma a la lista de socialistas católicos encabezada por José Bono que tratan ahora de justificar su sí a la Ley del Aborto. El ministro dice que no se considera peor católico por ello y sentencia que "la religión no tiene nada que ver con la política".