LD (EFE) Después de que el Consejo Supremo Electoral (CSE) concediera al candidato sandinista Daniel Ortega una amplia ventaja (40,04 por ciento) tras ser escrutado apenas el 14,65 por ciento de los votos depositados el domingo, Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), señaló que esos datos no marcan ninguna tendencia y que habrá una segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
En una rueda de prensa, el aspirante liberal dijo que "apenas siete puntos y pico por ciento del total de votos no es una muestra representativa, ya que existen un sinnúmero de ciudades y en particular de Managua que no han sido escrutadas todavía y por tanto ese anunció no marca ninguna tendencia".
Según los datos oficiales, Montealegre habría obtenido de manera preliminar el 33,29 por ciento de los votos válidos. Pero, el liberal dijo que el proceso está "lleno de irregularidades" y que por ello puede asegurar que "aquí no ha ganado nadie", según lo indica el cómputo rápido de votos realizado por varias "organizaciones serias".
El candidato liberal hizo un llamamiento al Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua para "que sea responsable con la población de Nicaragua y le diga que aquí nadie ha ganado. El único que tiene que triunfar es el pueblo de Nicaragua y el pueblo de Nicaragua en una segunda vuelta va a determinar quién es su presidente de la República". Explicó que "los resultados preliminares de nuestro conteo rápido indican una tendencia totalmente distinta, indican que ningún partido ha llegado al cuarenta por ciento y que estamos todavía en una diferencia menor del cinco por ciento".
El ex canciller, ex ministro de la Presidencia, ex ministro de Hacienda y acaudalado banquero, insistió en que ese primer informe del CSE "es una pequeña muestra que no es ni representativa porque no están todos los departamentos, en particular Managua". Reafirmó que la diferencia entre Ortega y él es "menos del cinco por ciento".
Volvió a denunciar que el proceso electoral estuvo "lleno de irregularidades, las cuales ha venido violentando el voto y la voluntad popular de los nicaragüenses. Esto no es aceptable en una democracia. Hoy los nicaragüenses fuimos testigos de como comenzaron a abrirse las urnas tarde, en este proceso que debía de ser relativamente simple no se le permitió a muchos ciudadanos votar a pesar de que estaban en fila en los centros de votación".