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Mitterrand autorizó personalmente el atentado contra el Rainbow Warrior de Greenpeace

El jefe de los servicios secretos franceses que atentaron contra el barco de Greenpeace Rainbow Warrior el 10 de julio de 1985, Pierre Lacoste, ha asegurado que el entonces presidente de la República, el socialista François Mitterrand, le dio personalmente el visto bueno para la operación.

L D (EFE) El diario Le Monde publica este sábado –víspera del vigésimo aniversario del "asunto Greenpeace"– unas notas manuscritas de Lacoste fechadas el 8 de abril de 1986. En ellas el jefe de los servicios secretos describe una entrevista que mantuvo, a las 18.00 del 15 de mayo de 1985, con Mitterrand en el Elíseo (sede de la Presidencia). "Pedí al presidente si me autorizaba a poner en marcha el proyecto de neutralización que había estudiado a demanda del señor Hernu (ministro de Defensa) y me dio su acuerdo, manifestando la importancia que él daba a los ensayos nucleares", escribió Lacoste.

"No entré entonces en el detalle del proyecto, pues la autorización era suficientemente explicita", agregó.

Unos días antes, el 6 de mayo de 1985, Lacoste se había entrevistado con Charles Hernu para exponerle un proyecto para sabotear en puerto el Rainbow Warrior. Según Lacoste, el ministro no pareció sorprenderse. Todo lo contrario: "Me animó en esta vía y recalcó que se trataba de un asunto absolutamente esencial de nuestra política de defensa", anotó.

El atentado, perpetrado por agentes de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DSGE) –al menos dos de ellos disfrazados de turistas–, costó la vida a un periodista portugués, Fernando Pereira, que había acudido inesperadamente al navío en busca de su cámara fotográfica.

 
Ese día elRainbow Warriorse encontraba en el puerto de Auckland (Nueva Zelanda) para protestar contra los ensayos nucleares que estaba llevando a cabo París en la Polinesia francesa.

Su hundimiento desató una polémica internacional sobre la política exterior francesa, sus servicios de espionaje y su estrategia nuclear y enfrió las relaciones entre Francia y Nueva Zelanda, donde fueron detenidos dos de los autores materiales del atentado: los falsos esposos Turenge, en realidad dos espías de la DSGE.

 
El escándalo provocó la dimisión de Hernu, uno de los pilares del primer mandato de Mitterrand y amigo íntimo tanto del presidente como de Lacoste.

Al cumplirse el décimo aniversario de los hechos, todavía en vida del presidente socialista, uno de los espías que participaron en el atentado contó su versión en un libro testimonio titulado Agente secreto. Dominique Prieur, oficial de los servicios secretos encargado de la logística en el atentado, confirmó en la obra la participación de tres equipos.

La falsa esposa Turenge, Dominique Prieur, fue juzgada y encarcelada en Nueva Zelanda, así como su supuesto marido, Alain Mafart. Fueron condenados a 10 años de prisión, pero París logró posteriormente que fueran trasladados al atolón francés de Haoa, en el Pacífico sur, para que cumpliesen allí sus sentencias.

Meses después Prieur, embarazada, fue repatriada; también regresó a Francia, por motivos de salud, Mafart. En 1989 ella fue ascendida a capitán por Mitterrand; él, a teniente coronel.

 
El contencioso que enfrentó a París con Wellington se cerró tras cuatro serie de negociaciones. Francia entregó 2,3 millones de francos (400.000 dólares) a la familia del fotógrafo portugués que murió en el atentado, y 7 millones de francos (1,2 millones de dólares) al Gobierno neocelandés –en julio de 1986–, cuando aceptó el traslado de los dos espías encarcelados a Haoa.

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