LD (Agencias) Los ministros de Interior de la UE, reunidos en Bruselas, han aprobado el "Pacto Europeo de Inmigración", impulsado por la presidencia francesa en turno, en el que se impide a los veintisiete países miembros llevar a cabo regulaciones masivas de inmigrantes. Los gobiernos deberán limitarse a analizar "caso por caso y no generales, en el marco de las legislaciones nacionales por motivos humanitarios y económicos".
La iniciativa francesa aprobada es una fuerte crítica a la regulación masiva que emprendió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005 y que provocó reacciones contrarias de varios de sus socios europeos. El pacto, que será aprobado formalmente por la cumbre de líderes de la UE del 15 y 16 de octubre, opta por una inmigración selectiva, controlada de acuerdo con las necesidades laborales y la capacidad de integración del país de acogida, con una firmeza total contra los indocumentados y sin regularizaciones masivas.
Los veintisiete países comunitarios han respaldado el texto que busca dar un nuevo impulso hacia una política común de inmigración y asilo que tenga en cuenta el interés colectivo de la UE, al considerar "imprescindible" que cada Estado miembro tenga en cuenta al resto de la Unión al aprobar sus políticas en la materia.
Los cinco puntos básicos del pacto se resumen en la organización de la inmigración legal según las necesidades y la capacidad de acogida; el combate a la inmigración ilegal y la expulsión de los irregulares; el fortalecimiento de los controles fronterizos; el aumento de la cooperación con los países de origen y mejorar el sistema de asilo.