LD (EFE) Drazen Erdemovic, un croata de Bosnia que se declaró culpable en 1996 ante el TPIY, llegó a un acuerdo con la fiscalía por el que se comprometía a testificar en cuantos casos fuera necesario a cambio de que se retirasen parte de los cargos que pesaban contra él. Tras apelar una primera sentencia, fue condenado finalmente en 1998 a cinco años de cárcel y trasladado a una prisión en Noruega de donde fue liberado en agosto de 2000.
La declaración de Erdemovic representa el principio del fin del turno de la Fiscalía que ha presentado 218 testigos contra el ex presidente yugoslavo desde que comenzó el juicio, en febrero de 2002. La acusación dispone de 60 días laborables, a partir de este lunes, para terminar de probar las acusaciones de genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad que pesan contra Milosevic, según recordó el magistrado que preside la sala Richard May.
En esta última fase, los fiscales se centraran además de en la matanza de Srebrenica en el asedio de Sarajevo, la capital bosnia sometida a continuos ataques de las tropas serbias de Bosnia entre abril de 1992 y noviembre de 1995. Con su rostro oculto al público y voz distorsionada, Erdemovic que goza de una nueva identidad, rememoró los detalles de la masacre de centenares de musulmanes civiles a manos de las fuerzas serbias pocos días después de la caída del enclave protegido por los cascos azules en julio de 1995.
En su declaración aseguró haberse visto "obligado" a unirse al ejército serbio de la República Sprska (la entidad serbia en Bosnia) a pesar de su origen croata, e insistió en los vínculos existentes entre aquél y los serbios de Belgrado a cuya cabeza estaba Milosevic. Este mantiene su falta de responsabilidad en la matanza de Srebrenica, uno de los episodios más sangrientos ocurridos desde la Segunda Guerra Mundial, perpetrada por unidades de la República Sprska que oficialmente funcionaban al margen de Belgrado.
La declaración de Erdemovic representa el principio del fin del turno de la Fiscalía que ha presentado 218 testigos contra el ex presidente yugoslavo desde que comenzó el juicio, en febrero de 2002. La acusación dispone de 60 días laborables, a partir de este lunes, para terminar de probar las acusaciones de genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad que pesan contra Milosevic, según recordó el magistrado que preside la sala Richard May.
En esta última fase, los fiscales se centraran además de en la matanza de Srebrenica en el asedio de Sarajevo, la capital bosnia sometida a continuos ataques de las tropas serbias de Bosnia entre abril de 1992 y noviembre de 1995. Con su rostro oculto al público y voz distorsionada, Erdemovic que goza de una nueva identidad, rememoró los detalles de la masacre de centenares de musulmanes civiles a manos de las fuerzas serbias pocos días después de la caída del enclave protegido por los cascos azules en julio de 1995.
En su declaración aseguró haberse visto "obligado" a unirse al ejército serbio de la República Sprska (la entidad serbia en Bosnia) a pesar de su origen croata, e insistió en los vínculos existentes entre aquél y los serbios de Belgrado a cuya cabeza estaba Milosevic. Este mantiene su falta de responsabilidad en la matanza de Srebrenica, uno de los episodios más sangrientos ocurridos desde la Segunda Guerra Mundial, perpetrada por unidades de la República Sprska que oficialmente funcionaban al margen de Belgrado.