LD (EFE) Con un llamamiento público a que el Gobierno laborista acometa cambios "radicales" si quiere ganar su cuarto mandato electoral, el jefe de la diplomacia británica, David Miliband, parece posicionarse para una eventual carrera por la sucesión de su correligionario Gordon Brown antes de esos comicios.
Aunque Miliband no menciona ni una vez a Brown en el artículo que publica este miércoles en el diario The Guardian, a nadie se le oculta que el primer ministro, en caída libre en las encuestas y cuyo liderazgo es cada vez más discutido dentro de su partido, es el destinatario final.
El descalabro laborista en las últimas elecciones municipales en Inglaterra y Gales, en las que el Partido Laborista quedó en tercera posición, detrás incluso de los liberales demócratas, unido a las derrotas en otras elecciones parciales al Parlamento, ha causado un gran nerviosismo en sus filas.
En su artículo en The Guardian, Miliband escribe que para que el mensaje laborista llegue a los ciudadanos "tenemos que ser más humildes frente a nuestros defectos, pero también más precisos sobre nuestros logros", evitando las "exageraciones" en uno u otro sentido. Advierte al mismo tiempo del peligro de que los laboristas se dediquen todo este verano a un ejercicio de "introspección" o a un "debate sobre personalidades" y explica que lo necesario es convencer al electorado de lo conseguido, de cuál es su visión para el futuro y la forma de lograr esos objetivos.