LD (EFE) Miles de palestinos continúan huyendo del campamento de refugiados de Nahar al-Bared con los pocos enseres que han podido recuperar después de tres días de combate entre terroristas del grupo suní "Fatah al-Islam" y el Ejército del Líbano. Uno de los vecinos, Ali Muistafa, dijo que "en el interior todavía queda mucha gente atrapada y bastantes heridos que no han podido salir durante toda la noche". La mancha humana de Badawi, a unos cinco kilómetros del lugar de los combates.
Los combates disminuyeron después de que los terroristas propusieran un alto el fuego que ha sido violado reiteradamente por ambos contendientes. En la mañana de este miércoles, Nahar al-Bared amaneció envuelto en una relativa calma. El Ejército libanés mantenía el asedio a la barriada pero había cesado el fuego artillero. De forma aislada, se escuchaba el estruendo causado por escaramuzas con fuego de metralleta y armas ligeras.
Unidades de infantería ligera del Ejército libanés se desplegaron en los muros adyacentes que separan el campamento para tratar de reducir a los francotiradores apostados en los desvencijados tejados. El capitán Hamdan Radawi explicó que "el objetivo ahora es acabar con las últimas bolsas de resistencia para permitir que las ambulancias y los equipos de bomberos puedan seguir entrando en el campamento".