LD (EFE) Un convoy de camiones, automóviles y motocicletas con miles de opositores han entrado en la ciudad de Dili para exigir la dimisión del primer ministro Mari Alkatiri. Horas antes, una turba prendió edificios públicos y saquearon almacenes llenos de suministros agrícolas.
Tropas de Australia y Malasia, dos de los países que han desplegado fuerzas de paz en Timor Oriental para acabar con la violencia, habían montado desde primeras horas de la mañana controles en varias carreteras ante las informaciones sobre la prevista protesta. Poco antes, el ministro de Exteriores y de Defensa, José Ramos Horta, comunicó por teléfono a los líderes de la marcha, encabezados por un militar timorense rebelde, que tenían permiso para avanzar hacia la capital.
Con gritos de "Viva Xanana (Gusmao, el presidente de Timor Oriental), viva Timor-Leste, abajo Alkatiri", los manifestantes se dirigieron al palacio presidencial, donde una delegación debía entregar un manifiesto. Alkatiri es visto en general como el culpable de la actual ola de violencia que se inició después de que despidiera en marzo a seiscientos militares que denunciaron ser objeto de discriminación étnica por ser oriundos de la región occidental del país.