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Miles de opositores en Timor Oriental entran en Dili exigiendo la dimisión del primer ministro

Las fuerzas militares de Australia y Malasia presentes en Timor Oriental han permitido que miles de opositores entren en Dili, ciudad capital, exigiendo la renuncia del primer ministro Mari Alkatiri. Según han informado corresponsales destacados en la zona, los manifestantes, encabezados por los militares rebeldes que han dirigido una revuelta, incendiaron edificios públicos y saquearon almacenes. Alkatiri es visto en general como el culpable de la actual ola de violencia que se inició después de que despidiera en marzo a 600 militares que denunciaron ser objeto de discriminación étnica por ser oriundos de la región occidental del país.

Las fuerzas militares de Australia y Malasia presentes en Timor Oriental han permitido que miles de opositores entren en Dili, ciudad capital, exigiendo la renuncia del primer ministro Mari Alkatiri. Según han informado corresponsales destacados en la zona, los manifestantes, encabezados por los militares rebeldes que han dirigido una revuelta, incendiaron edificios públicos y saquearon almacenes. Alkatiri es visto en general como el culpable de la actual ola de violencia que se inició después de que despidiera en marzo a 600 militares que denunciaron ser objeto de discriminación étnica por ser oriundos de la región occidental del país.
LD (EFE) Un convoy de camiones, automóviles y motocicletas con miles de opositores han entrado en la ciudad de Dili para exigir la dimisión del primer ministro Mari Alkatiri. Horas antes, una turba  prendió edificios públicos y saquearon almacenes llenos de suministros agrícolas.
 
Tropas de Australia y Malasia, dos de los países que han desplegado fuerzas de paz en Timor Oriental para acabar con la violencia, habían montado desde primeras horas de la mañana controles en varias carreteras ante las informaciones sobre la prevista protesta. Poco antes, el ministro de Exteriores y de Defensa, José Ramos Horta, comunicó por teléfono a los líderes de la marcha, encabezados por un militar timorense rebelde, que tenían permiso para avanzar hacia la capital.
 
Con gritos de "Viva Xanana (Gusmao, el presidente de Timor Oriental), viva Timor-Leste, abajo Alkatiri", los manifestantes se dirigieron al palacio presidencial, donde una delegación debía entregar un manifiesto. Alkatiri es visto en general como el culpable de la actual ola de violencia que se inició después de que despidiera en marzo a seiscientos militares que denunciaron ser objeto de discriminación étnica por ser oriundos de la región occidental del país.
 
En Dili volvieron a repetirse algunos actos de pillaje e incendios, aunque la violencia ha disminuido respecto a las anteriores semanas gracias a la presencia de las tropas extranjeras. La ola de violencia que se desencadenó tras la rebelión de los militares despedidos ha causado unos treinta muertos, la huida de sus hogares de unas cien mil personas y la reaparición de odios étnicos entre habitantes del este y el oeste de Timor.

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