L D (Agencias) "Las relaciones son las mismas de siempre", aseguró el presidente de México, cuyo gobierno apoyó la semana pasada una resolución en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que condena la situación en Cuba de los derechos fundamentales. La reacción de La Habana fue calificar de "lacayos" a los países que respaldaron la resolución, pero la diplomacia mexicana descartó el pasado lunes que las relaciones bilaterales, con más de cien años de antigüedad, vayan a verse afectadas por esta situación.
En un encuentro con prensa extranjera, Fox declaró este martes que México no se inmiscuye en la situación interna de otro país, pero recalcó que su gobierno rechaza la violación de los derechos humanos, dentro y fuera de sus fronteras, y especialmente está en contra de la pena de muerte. Agregó que el voto de México en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU es "consistente" con la visión que tiene el actual gobierno sobre la vigencia de los DDHH dentro y fuera de sus fronteras.
El año pasado México modificó su posición tradicional al votar a favor de una resolución sobre Cuba patrocinada por Uruguay ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra. En la resolución, que fue respaldada por una decena de países, se instaba al gobierno de Fidel Castro a avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos, civiles y políticos, pero no se hacía ni mención de la ola represiva ni se condenaba las ejecuciones, lo que fue considerado como una victoria para el régimen castrista.
En un encuentro con prensa extranjera, Fox declaró este martes que México no se inmiscuye en la situación interna de otro país, pero recalcó que su gobierno rechaza la violación de los derechos humanos, dentro y fuera de sus fronteras, y especialmente está en contra de la pena de muerte. Agregó que el voto de México en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU es "consistente" con la visión que tiene el actual gobierno sobre la vigencia de los DDHH dentro y fuera de sus fronteras.
El año pasado México modificó su posición tradicional al votar a favor de una resolución sobre Cuba patrocinada por Uruguay ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra. En la resolución, que fue respaldada por una decena de países, se instaba al gobierno de Fidel Castro a avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos, civiles y políticos, pero no se hacía ni mención de la ola represiva ni se condenaba las ejecuciones, lo que fue considerado como una victoria para el régimen castrista.