LD (Agencias) Los esfuerzos de la presidencia alemana de la UE en el último día de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, cuyo objetivo es aprobar un borrador para el Tratado de Reforma institucional y superar así la crisis por la que atraviesa la Unión desde que en 2005 los franceses y holandeses dijeran "no" al Tratado de Constitución han sido baldíos.
Pese a que Merkel ha intensificado los contactos con los países escépticos: Polonia, República Checa y el Reino Unido, con la finalidad de atraerlos al consenso, los hermanos Kaczynski se han mantenido firmes.
La presidencia alemana de la Unión Europeapropuso retrasar hasta 2014 la entrada en vigor del sistema de decisión por doble mayoría en el Consejo de la UE, para tratar de superar las reticencias de Polonia, que exige que se retrase hasta 2020. Pero la respuesta del primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, fue clara: "Si las negociaciones terminasen en este momento, a Polonia no le quedaría otro remedio que aplicar el veto".
La reunión del presidente de Polonia, Lech Kaczynski con Merkel y Sarkozy, para presentar demandas adicionales era considerada la "la última oportunidad" para llegar a un acuerdo, según medios de comunicación polacos, pero fracasó. Las exigencias polacas consistirían en una "definición clara" del refuerzo de la capacidad de bloqueo y retrasar más allá de 2014 la entrada en vigor del sistema de doble mayoría.
Ante eso, durante la cena de trabajo con los 27 estados miembros, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que su intención es convocar la conferencia intergubernamental (CIG) en la que se tiene que redactar el nuevo Tratado a pesar de no contar con el acuerdo de Varsovia sobre la sustancia del texto. Merkel se escuda en que, de acuerdo con la normativa vigente, para lanzar una CIG sólo se requiere una mayoría simple de Estados a favor, aunque hasta ahora siempre se ha hecho por unanimidad.
El presidente Kaczynski aceptó este viernes por primera vez su validez, pero pidió que su entrada en vigor se retrasase hasta 2020 en lugar de 2009, cuando debería entrar en vigor, según el objetivo inicial que se ha marcado la presidencia alemana.El presidente de la Comisión Constitucional del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Jo Leinen, señaló que la última propuesta alemana implica también potenciar el llamado "compromiso de Ioannina".
Este compromiso posibilita que si un grupo de países no alcanza la cifra de votos necesarios para vetar una propuesta determinada, pueda forzar al menos un aplazamiento de la decisión. Leinen apuntó, asimismo, que la propuesta alemana prevé un ajuste en el número de escaños en el Parlamento Europeo, del que se beneficiarían en particular España y Polonia. En caso de que Polonia responda afirmativamente a esta propuesta, la Presidencia alemana la plasmará en un documento que presentaría de nuevo al conjunto de Jefes de Estado y de Gobierno a la búsqueda de un compromiso final.
Fuentes de la delegación polaca restaron importancia a la maniobra de la canciller y la consideraron sólo "parte de la táctica negociadora" de la presidencia.
Berlín presentó a los expertos de los Veintisiete su última versión del mandato sobre el nuevo Tratado, que preserva los elementos fundamentales de la fallida Constitución, y que además contiene concesiones a los países más escépticos. El mandato incluye el cambio de nombre del ministro de Asuntos Exteriores, que se llamará Alto Representante, así como una declaración sobre la aplicación de la Carta de Derechos a Reino Unido, sobre la personalidad jurídica de la UE, y sobre las regiones ultraperiféricas, como las islas Canarias.
Las exigencias polacas
Las reticencias polacas al sistema de decisiones por "doble mayoría" (55 por ciento de Estados que represente al 65 por ciento de la población), previsto en el fallido proyecto de Constitución Europea, se considera el mayor obstáculo para aprobar un nuevo tratado que sustituya a la fallida Constitución. Polonia considera que este sistema beneficia en exceso a los países grandes, en especial a Alemania.El presidente Kaczynski aceptó este viernes por primera vez su validez, pero pidió que su entrada en vigor se retrasase hasta 2020 en lugar de 2009, cuando debería entrar en vigor, según el objetivo inicial que se ha marcado la presidencia alemana.El presidente de la Comisión Constitucional del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Jo Leinen, señaló que la última propuesta alemana implica también potenciar el llamado "compromiso de Ioannina".
Este compromiso posibilita que si un grupo de países no alcanza la cifra de votos necesarios para vetar una propuesta determinada, pueda forzar al menos un aplazamiento de la decisión. Leinen apuntó, asimismo, que la propuesta alemana prevé un ajuste en el número de escaños en el Parlamento Europeo, del que se beneficiarían en particular España y Polonia. En caso de que Polonia responda afirmativamente a esta propuesta, la Presidencia alemana la plasmará en un documento que presentaría de nuevo al conjunto de Jefes de Estado y de Gobierno a la búsqueda de un compromiso final.
Al inicio de la segunda jornada, el presidente polaco, Lech Kaczynski, afirmó que el momento actual de la negociación entre los líderes europeos para negociar un Tratado simplificado es "realmente difícil". Dijo que su delegación negociará "hasta el final" porque "no es costumbre de Polonia el rendirse".
Desde Varsovia, su hermano, el primer ministro, Jaroslaw Kazcysnki, pidió "suavizar las propuestas" del tratado para "evitar un peligroso trauma" a la Unión. "Sencillamente, las propuestas que comprende el Tratado Europeo son revolucionarias, mientras que la comunidad se desarrolló hasta ahora por la vía de la evolución", aseveró.
En la misma sintonía se ha expresado la ministra de Asuntos Exteriores, Anna Fotyga, respecto al acuerdo sobre un nuevo tratado que reforme el mecanismo institucional de la UE que responda a las expectativas de los veintisiete Estados miembros. Hasta el momento, indicó, "ninguna de las propuestas que se han presentado es completamente nueva. Las estamos analizado todas, hay algunas de las que podrían beneficiarse todos los países igualmente".
Condiciones de Polonia
Condiciones de Polonia
Antes de la comida clave a la que asisten los jefes de Estado y de Gobierno, fuentes diplomáticas adelantaron que Varsovia estaría dispuesta a aceptar que la toma de decisiones se realice por el sistema de "doble mayoría", siempre y cuando su entrada en vigor se aplace hasta 2020 y se mantenga el actual reparto de votos, particularmente favorable a Polonia.
El presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, respondió que aunque "al parecer la posición polaca esté evolucionando", los polacos deberían "ser más flexible en cuanto al calendario. La fecha de 2020, para mí, no es realista, sería inaceptable". El alemán, que mantiene posiciones muy cercanas a la presidencia.
La delegación polaca mostró su inconformidad en la apertura de la cumbre ante la propuesta alemana que pide mantener el sistema de toma de decisiones por doble mayoría en referencia a estados miembros y población europea. Esa norma establece que una medida debe prosperar siempre y cuando cuente con el 55 por ciento de apoyo de los países socios y que, además, entre todos sumen el 65 por ciento de la población europea. Polonia la rechaza alegando razones históricas: a consecuencias de la II Guerra Mundial su población quedó diezmada. Varsovia sostiene que tendría ahora 66 millones de habitantes y no 38 millones de no haber mediado la invasión nazi.
La jornada de la canciller Merkel se abrió con una ronda de contactos bilaterales con el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, con el primer ministro británico, Tony Blair, y el de la República Checa, Mirek Topolanek. La presidenta en turno intenta convencerles de que se sumen al consenso: "Debemos continuar trabajando duro, no todos los problemas se han resuelto".