LD (Agencias) Ante una audiencia de unas setecientas personas que asistieron a la jornada de clausura de la reunión anual de la Asociación Nacional de Funcionarios Electos Latinos (NALEO), el candidato del Partido Republicano a la presidencia de EEUU, John McCain, admitió que la reforma migratoria, de la que él fue uno de los patrocinadores el año pasado pero que acabó fracasando en el Capitolio, dista mucho de ser popular en el seno de su partido.
McCain, popular en la comunidad hispana por su apoyo el año pasado a una reforma migratoria integral, intervino el primero para asegurar que esa reforma, combinada con una mayor seguridad en las fronteras, "fue, es y será mi principal prioridad". Tras calificar a los inmigrantes de "hijos de Dios", insistió en que "quiero asegurarles que abordaremos la cuestión de manera humana y compasiva".
El senador por el estado fronterizo de Arizona ha prometido dedicar, si llega a la presidencia, gran atención a la política hacia los inmigrantes y hacia América Latina. La semana que viene tiene previsto desarrollar una gira por México y Colombia.
Por su parte, Obama, que intenta cautivar a un grupo demográfico que en su mayor parte se inclinó por su rival demócrata Hillary Clinton en las elecciones primarias, arremetió contra la política migratoria del republicano, al que acusó de ser un veleta en estas cuestiones. Apuntó que, tras el fracaso de la reforma migratoria, McCain ha abogado gradualmente por el endurecimiento de la seguridad en las fronteras.
El senador por Illinois declaró que "un área donde el senador McCain ofrecía cambio era en la inmigración. Era un adalid de la reforma exhaustiva, y yo le admiraba por ello". Sin embargo, destacó que "cuando empezó a buscar la nominación de su partido, abandonó ese compromiso. Dijo que ni siquiera apoyaría la legislación que él mismo había patrocinado si llegara a someterse a votación".