L D (EFE) En la inauguración del congreso "Proyectos y Utopías para un mundo mejor", organizado por la Fundación Valores, Federico Mayor Zaragoza subrayó durante su discurso que "los realistas no cambian la realidad porque la aceptan" y son los utópicos quienes han contribuido a la consecución de un mundo mejor. Mayor Zaragoza aseguró que es posible la Alianza de las Civilizaciones y recordó que el 97 por ciento de los jóvenes islámicos se ofendió por las caricaturas de Mahoma publicadas en la prensa occidental pero reaccionó serenamente y solo un 3 por cien contestó con violencia. "Vemos aquello que quieren que veamos en medios de comunicación muchas veces mediatizados, pero no vemos a ese 97 por cien invisible", aseguró.
El ex presidente de la UNESCO instó a los pueblos a luchar por la transición de la fuerza al diálogo "con la sola excepción de los que defienden las causas de forma fanática y violenta" y abogó por el uso de la democracia "como reflejo de la voluntad de todos". A su juicio, este es el momento de la "democracia de los pueblos", de las miles de personas que son "invisibles" a los medios de comunicación y los círculos de poder, al tiempo que defendió la necesidad de una "sociedad de mercado" y una "democracia de mercado" como existe una "economía de mercado".
En este sentido, señaló que en los años 80 todas las ideologías cayeron en la trampa de sustituir los valores de igualdad, justicia, solidaridad y libertad por "el precio" y las leyes de mercado. En este contexto, Mayor Zaragoza incluyó la Carta de la Tierra, un documento fraguado en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 y concretado en el año 2000, que aboga por el desarrollo sostenible, el respeto medioambiental y la justicia social y económica. Se trata de "una hoja de ruta" que parte del conocimiento de la realidad en la que 50.000 personas mueren diariamente de hambre en el mundo, 2.000 millones viven con dos dólares al día mientras se gastan 2.650 millones de dólares al día en armamento, recordó.
La directora ejecutiva de la iniciativa de la Carta de la Tierra, la brasileña Mirian Vilela, explicó que el documento se basa en la interrelación de la ecología, la justicia social y la responsabilidad universal para abordar el cambio necesario en el mundo. En su parte práctica, la declaración se ha aplicado en más de 50 países, entre los que Vilela destacó centros educativos de La Paz (Bolivia), Costa Rica, Brasil y Canadá, donde los estudiantes aprenden los principios de la Carta de la Tierra y la manera de llevarla a cabo en la vida cotidiana.
El ex presidente de la UNESCO instó a los pueblos a luchar por la transición de la fuerza al diálogo "con la sola excepción de los que defienden las causas de forma fanática y violenta" y abogó por el uso de la democracia "como reflejo de la voluntad de todos". A su juicio, este es el momento de la "democracia de los pueblos", de las miles de personas que son "invisibles" a los medios de comunicación y los círculos de poder, al tiempo que defendió la necesidad de una "sociedad de mercado" y una "democracia de mercado" como existe una "economía de mercado".
En este sentido, señaló que en los años 80 todas las ideologías cayeron en la trampa de sustituir los valores de igualdad, justicia, solidaridad y libertad por "el precio" y las leyes de mercado. En este contexto, Mayor Zaragoza incluyó la Carta de la Tierra, un documento fraguado en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 y concretado en el año 2000, que aboga por el desarrollo sostenible, el respeto medioambiental y la justicia social y económica. Se trata de "una hoja de ruta" que parte del conocimiento de la realidad en la que 50.000 personas mueren diariamente de hambre en el mundo, 2.000 millones viven con dos dólares al día mientras se gastan 2.650 millones de dólares al día en armamento, recordó.
La directora ejecutiva de la iniciativa de la Carta de la Tierra, la brasileña Mirian Vilela, explicó que el documento se basa en la interrelación de la ecología, la justicia social y la responsabilidad universal para abordar el cambio necesario en el mundo. En su parte práctica, la declaración se ha aplicado en más de 50 países, entre los que Vilela destacó centros educativos de La Paz (Bolivia), Costa Rica, Brasil y Canadá, donde los estudiantes aprenden los principios de la Carta de la Tierra y la manera de llevarla a cabo en la vida cotidiana.