LD (Agencias) Un ciudadano tunecino y otro francés de origen afgano, fueron detenidos el pasado sábado en Tánger cuando pretendían abandonar Marruecos. Los servicios de inteligencia marroquíes investigan sus posibles conexiones con organizaciones terroristas internacionales y su probable participación en los atentados del sábado. Los dos sospechosos arribaron hace una semana al aeropuerto de Casablanca. Al momento de los ataques, uno de ellos se encontraba en la ciudad y el otro en Tánger. La Policía también mantiene detenidos a dos egipcios y un Saudí, según informó el periódico local Ahddas al Maghribia , quien también asegura que los catorce terroristas suicidas “recibieron órdenes del extranjero”.
El ministro marroquí del Interior, Mustafá Sahel, ha informado de que los catorce terroristas implicados han sido identificados. Dos de ellos lograron sobrevivir a los ataques y están detenidos, según mencionó el titular del Ministerio de Justicia, Mohamed Buzubba. La célula terroristas tiene conexiones con organizaciones internacionales. Ocho de los suicidas vivían modestamente en Sidi Moume, un barrio periférico de Casablanca. El diario Ahddas al Maghribia menciona que la Policía ha registrado varias casas del barrio Massira, al parecer utilizado por los “kamikazes” como guarida. Allí se encontró un motor explosivo y otros materiales para fabricar bombas. Además, se ha detenido a un hombre supuestamente diplomado en Física-Química. Según el rotativo Al Ittihad al Ichtiraki , seis de los suicidas, con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años, se afeitaron la barba antes de autoinmolarse. Tres de ellos tienen un asombroso parecido entre sí, lo que sugiere que podrían ser hermanos, según el diario.
Los movimientos integristas más radicales de Marruecos como el “Asirat Al Mustaqim” (El buen camino)-al que pertenecían los catorce suicidas- y la “Salafia Yihadía” (Auténtica guerra santa), nacieron y se fortalecieron en el barrio de Sidi Moume, donde proliferan las chabolas. El tribunal de Apelación de Rabat instruyó diligencias contra "Salafía Yihadía". Según la acusación, los miembros de este grupo habían constituido "una auténtica sociedad islámica que se protege con las armas". Los miembros del grupo son en su mayoría vendedores ambulantes, de edades comprendidas entre 22 y 30 años, que consideran que deben obligar a la población mediante la violencia a respetar los preceptos de la religión musulmana.
El ministro marroquí del Interior, Mustafá Sahel, ha informado de que los catorce terroristas implicados han sido identificados. Dos de ellos lograron sobrevivir a los ataques y están detenidos, según mencionó el titular del Ministerio de Justicia, Mohamed Buzubba. La célula terroristas tiene conexiones con organizaciones internacionales. Ocho de los suicidas vivían modestamente en Sidi Moume, un barrio periférico de Casablanca. El diario Ahddas al Maghribia menciona que la Policía ha registrado varias casas del barrio Massira, al parecer utilizado por los “kamikazes” como guarida. Allí se encontró un motor explosivo y otros materiales para fabricar bombas. Además, se ha detenido a un hombre supuestamente diplomado en Física-Química. Según el rotativo Al Ittihad al Ichtiraki , seis de los suicidas, con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años, se afeitaron la barba antes de autoinmolarse. Tres de ellos tienen un asombroso parecido entre sí, lo que sugiere que podrían ser hermanos, según el diario.
Los movimientos integristas más radicales de Marruecos como el “Asirat Al Mustaqim” (El buen camino)-al que pertenecían los catorce suicidas- y la “Salafia Yihadía” (Auténtica guerra santa), nacieron y se fortalecieron en el barrio de Sidi Moume, donde proliferan las chabolas. El tribunal de Apelación de Rabat instruyó diligencias contra "Salafía Yihadía". Según la acusación, los miembros de este grupo habían constituido "una auténtica sociedad islámica que se protege con las armas". Los miembros del grupo son en su mayoría vendedores ambulantes, de edades comprendidas entre 22 y 30 años, que consideran que deben obligar a la población mediante la violencia a respetar los preceptos de la religión musulmana.