LD (Agencias) El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, ha aconsejado a los líderes europeos que realicen "al menos una pausa" en el proceso de ratificación del tratado para dotar a la UE de una Constitución. El objetivo, explicó, es evitar un efecto multiplicador de rechazos tras los de Francia y Holanda.
A un día de una cumbre clave en Bruselas, Barroso indicó que "la mejor solución, aunque no quiero entrar en las competencias de los Estados nacionales, puede ser la prudencia. Aconsejaría al menos una pausa, una reflexión, darse un tiempo" porque, subrayó, "efectivamente hay un riesgo. Por eso voy a pedir a los jefes de Estado y de Gobierno que expliquen honestamente su situación, cómo ven el proceso de los referendos".
El primer ministro británico, Tony Blair, cuyo país asumirá la presidencia de la UE en primero de julio, también es partidario de "una pausa" de "varios meses" en el proceso de ratificación. Blair y el presidente francés, Jacques Chirac, declararon este lunes, tras reunirse en París, que esperaban que en la cumbre de Bruselas se tomase una decisión colectiva al respecto.
Luxemburgo pide prudencia
En una comparecencia ante el Parlamento Europeo, Nicolás Schmit, ministro delegado de Asuntos Europeos de Luxemburgo, país que ostenta la presidencia en turno, anunció que se en la reunión del jueves y viernes se propondrá a "Los Veinticinco" aprobar un "periodo de reflexión y debate" en el proceso de ratificación ante un real "riesgo de crisis de legitimidad".
Respecto al plazo previsto por los líderes europeos para que todos los países miembros hayan ratificado el tratado, Schmit dijo que "octubre de 2006 es una fecha política, que no tiene valor jurídico". Recalcó que el objetivo será "preservar el texto tal y como es hoy", "no dar señales de que el proceso de ratificación queda interrumpido", y "poder clarificar ciertas cosas", todo ello a través de una acción común, "para evitar que decisiones particulares entierren individualmente el Tratado".
El responsable de la presidencia europea tuvo que reconocer ante los europarlamentarios que aún no se tiene una "respuesta definitiva" sobre la forma en que se podría estructurar el periodo de reflexión, aunque recalcó que es prematuro proponer la celebración de una nueva convención similar a la que redactó el borrador de la Constitución europea. En cambio, defendió que el análisis tenga lugar en la Eurocámara y, sobre todo, en los parlamentos nacionales a quienes, opinó, debe otorgárseles "un papel central", para llevar a cabo un "debate profundo en el que también esté implicada la sociedad civil".