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Lula visita a su viejo amigo Fidel Castro pero no hablará con los disidentes

Dese que asumiera la presidencia de Brasil el pasado mes de enero, Luiz Inácio Lula da Silva realizará este viernes su primera visita oficial a Cuba. Allí se reencontrará este viernes con Fidel Castro. El viaje está marcado por el "equilibrio" en la vieja amistad entre ambos -se remonta a la década de los 80- y por la necesidad de evitar diferencias con EEUU, uno de los principales socios comerciales del país sudamericano.

L D (EFE) Lula, un ex-sindicalista de 57 años, llega a Cuba convertido en uno de los líderes más reconocidos de América Latina y principal exponente de la nueva cara de la izquierda en la región. Será el primer presidente latinoamericano que visita la isla desde el pasado noviembre, con excepción del venezolano Hugo Chávez, que asistió a primeros de septiembre a la Conferencia sobre Desertificación organizada por Naciones Unidas y que ha hecho alguna visita "relámpago" al país en los últimos meses.

Brasil no teme que la visita pueda tener costes políticos para Lula, pues se produce en un momento de creciente aislamiento internacional del régimen de Fidel Castro, blanco de las críticas de EEUU y la Unión Europea por la ola de detenciones que llevó a la cárcel a 75 disidentes en marzo, y por la ejecución de tres secuestradores de una balsa tras un juicio sumarísimo el pasado mes de abril. "Tenemos un tamaño expresivo que nos permite ser solidarios con Cuba sin perder las relaciones con Estados Unidos o la Unión Europea", apuntaba Tilden Santiago, embajador brasileño en La Habana.

La parte cubana ha mantenido discreción sobre la visita. Así, el diario oficial Granma ofrece este jueves una escueta nota en primera página: "La visita del Presidente Lula se enmarca en el creciente intercambio que viene desarrollándose entre nuestros pueblos y gobiernos y contribuirá a fortalecer y ampliar los vínculos solidarios y de cooperación que caracterizan las relaciones entre cuba y Brasil". La agenda oficial de la visita se enfoca sobre todo en temas económicos y de cooperación, aunque se desconocen las cuestiones concretas que mantendrán Castro y Lula en sus dos encuentros privados.

Pero en Brasilia que el presidente del país sudamericano anunciará una línea especial de crédito de hasta 400 millones de dólares del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Además, Lula viene dispuesto a iniciar negociaciones para reestructurar la deuda de 40 millones de dólares que Cuba tiene con Brasil y no se condonará directamente, aunque podría paliarse a través de mecanismos de cooperación. La visita, con la que Lula concluirá una gira que le llevó a Naciones Unidas y México, podría agilizar también la aplicación del protocolo de intenciones firmado hace un mes entre Petrobras y la cubana Cupet para que la brasileña asuma la reestructuración de importantes instalaciones de la isla.

También se pretende que se amplíen las exploraciones del Golfo de México, donde ya trabajan grupos de Canadá y España. Más allá de los temas económicos y del impulso a la cooperación bilateral, la gran incógnita es si Lula abordará temas relacionados con los derechos humanos. El embajador brasileño en La Habana ya ha dejado claro que Lula no se reunirá con disidentes, aunque admite que la Cancillería no ha tomado aún una decisión sobre el tema. Fuentes de la embajada han insistido en que los dos contactos privados entre Lula y Castro se abordarán como encuentros "entre dos viejos amigos".

Ambos se conocieron en los años 80 y han mantenido la relación hasta ahora. Castro visitó la residencia de Lula en un viaje a Brasil en 1995, y el brasileño llevó a algunos invitados a La Habana el pasado año. En enero, cenaron juntos tras la ceremonia de toma de posesión de Lula como presidente de Brasil.

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