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Lula presume de obrero en el último acto de campaña electoral pero se olvida de la corrupción de su Gobierno

El presiente brasileño ha cerrado este viernes su campaña para la reelección en un mitin en Sao Bernardo do Campo, la ciudad industrial vecina a Sao Paulo. Lula da Silva ha arremetido contra la "elite prejuiciosa" y se ha olvidado de mencionar los numerosos casos de corrupción de su Ejecutivo. "Cualquier día de estos, van a hacer un decreto anulando a la parte pobre que vota", dijo Lula en el acto, y añadió: "en mi clase (obrera) no estaba escrito que era para llegar a la Presidencia de la República". Después de sus arengas demagógicas, el presidente brasileño plantó a los candidatos rivales en un debate televisado al que no se presentó.

L D (EFE) Según Lula, la "elite" que históricamente había gobernado Brasil tenía acostumbrados a los trabajadores a que su participación en la política se limitaba a aplaudir a los demás, pero con él en el poder, el pueblo mostró que también sabe gobernar. En el acto, Lula se refirió indirectamente a las acusaciones de sus rivales, de que ha sido connivente con la corrupción en su gobierno, y aseguró que "esa gente me provoca todo el tiempo para ver si me pongo nervioso, para ver si reacciono, pero no lograrán hacerme perder la calma". "No tenemos miedo del odio de la oposición", anotó por su parte el presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Rebelo, miembro del Partido Comunista do Brasil (PC do B), que integra la coalición "La fuerza del pueblo", que apoya a Lula.

Este viernes se cerró la propaganda electoral en radio y televisión para las elecciones del próximo domingo y terminó el plazo para debates y mítines, pero la ley permite que mañana y el sábado los candidatos participen en actividades como caravanas y caminatas. Vestido de negro de pies a cabeza y con micrófono en mano, Lula se paseó por la tarima con un discurso encendido ante unas 8.000 personas que con banderas del Partido de los Trabajadores (PT) se congregaron bajo la luz de la luna en la Plaza Giovanni Breda de Sao Bernardo.

"Cualquier día de estos, ellos (la oposición elitista) van a hacer un decreto anulando a la parte pobre que vota", dijo Lula en el acto, al que acudieron varios de sus ministros, entre ellos el canciller Celso Amorim, el vicepresidente José Alencar y los líderes del PT. Lula recordó que en Sao Bernardo fue donde comenzó la lucha sindical que lo catapultó al escenario político nacional y aseguró que "no podía dejar de venir a este mitin por nada del mundo".

Durante todo el día de hoy se especuló con que el presidente cancelaría su participación en el mitin para asistir a un debate televisivo del canal de televisión Globo, pero Lula finalmente optó por la plaza pública, el escenario donde realmente se siente como pez en el agua. Según Lula, la "elite" que históricamente había gobernado Brasil tenía acostumbrados a los trabajadores a que su participación en la política se limitaba a aplaudir a los demás, pero con él en el poder, el pueblo mostró que también sabe gobernar.

"En mi clase (obrera) no estaba escrito que era para llegar a la Presidencia de la República", dijo Lula, y agregó que después del gobierno del PT "nadie debe dudar nunca de la capacidad de lucha del trabajador brasileño". Lula se refirió indirectamente a las acusaciones de sus rivales, de que ha sido connivente con la corrupción en su gobierno, y aseguró que "esa gente me provoca todo el tiempo para ver si me pongo nervioso, para ver si reacciono, pero no lograrán hacerme perder la calma".

 
Lula: "No tenemos miedo del odio de la oposición"

"No tenemos miedo del odio de la oposición", anotó por su parte el presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Rebelo, miembro del Partido Comunista do Brasil (PC do B), que integra la coalición "La fuerza del pueblo", que apoya a Lula. Todas las encuestas indican que Lula será reelegido en la primera vuelta, el próximo domingo, con una ventaja cercana a los 20 puntos sobre su principal rival, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

En el mitin de cierre de campaña tampoco faltaron duras críticas a la prensa, de la que Lula dijo que ha hecho "cantidad de maldades conmigo y con mi familia" y aseguró que espera poder publicar algún día un libro sobre algunos de los columnistas brasileños. Lula fue recibido con un coro de "olé Lula" por la multitud, quien mostró que a pesar de los escándalos en el PT, mantiene la fe en el presidente y en el partido de la estrella.

"Naturalmente hay una cierta decepción por lo que han hecho algunos compañeros, pero eso pasa hasta en las mejores familias", dijo a Efe Inácio Deodato, presidente de la Vila Comunitaria, un barrio de obreros fundado en la década de 1980 en Sao Bernardo con el apoyo de la Iglesia católica.

Deodato, que dijo ser miembro del PT desde su fundación, en 1980, afirmó que los casos de corrupción en el Gobierno Lula son maniobras de la "elite derechista" para tratar de desalojarlo del poder, pero aseguró que el pueblo nunca lo permitirá. "A la oposición le salió el tiro por la culata con los escándalos por los errores cometidos por el Gobierno y pensaron que Lula iba a caer pero la militancia está para sostenerlo cuando haga falta", anotó.

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