LD (EFE) Tras una reunión con el ministro de Defensa, Waldor Pires, con el viceministro de Justicia, Luis Paulo Barreto, el secretario nacional de Seguridad Pública, Luiz Fernando Correa, y altos jefes militares, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, aprobó una solicitud de las autoridades de Río de Janeiro para que el Ejército ayude a la policía a combatir una ola de violencia que la semana pasada causó la muerte de veinticinco personas.
Lula también autorizó a la Fuerza Nacional de Seguridad, cuerpo de elite entrenado para actuar en situaciones de violencia extrema, a vigilar todos los límites del estado de Río de Janeiro, tal como había pedido el gobernador Sergio Cabral la víspera.
Según fuentes oficiales, durante la reunión no se decidió, sin embargo, cuándo ni cuántos soldados serán movilizados para intentar contener brotes de violencia como los ocurridos en Río de Janeiro durante la última semana del 2006. Cabral formalizó su solicitud para que el Ejército ayude a la Policía a mantener el orden público a partir de este mismo viernes, tal como lo acordó en una reunión con representantes de Lula la víspera.