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"Los Veintisiete" acuden a Lisboa para superar los escollos de la reforma institucional de la UE

Los líderes de la UE se reúnen desde este jueves en Lisboa con el objetivo de superar los últimos escollos en torno a la construcción institucional de la Unión que se resume en: el Tratado de Reforma de la Constitución y la nueva distribución de la Eurocámara aprobada la semana pasada por el parlamento pero que está pendiente de ser ratificada por los jefes de Estado y Gobierno en Portugal. La tarea no es fácil pues los estados miembros mantienen posiciones encontradas, e, incluso, en algunos casos, como el polaco, enconadas. El presidente del Gobierno español, sin embargo, ha defendido en Le Figaro el nuevo reparto de eurodiputados.

Los líderes de la UE se reúnen desde este jueves en Lisboa con el objetivo de superar los últimos escollos en torno a la construcción institucional de la Unión que se resume en: el Tratado de Reforma de la Constitución y la nueva distribución de la Eurocámara aprobada la semana pasada por el parlamento pero que está pendiente de ser ratificada por los jefes de Estado y Gobierno en Portugal. La tarea no es fácil pues los estados miembros mantienen posiciones encontradas, e, incluso, en algunos casos, como el polaco, enconadas. El presidente del Gobierno español, sin embargo, ha defendido en Le Figaro el nuevo reparto de eurodiputados.
(Libertad Digital) En una rueda de prensa, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Duraro Barroso, se mostró confiado de que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se reúnen en Lisboa en una cumbre informal, cierren el nuevo Tratado de Reforma institucional de la UE –que sustituye a la fallida Constitución europea– a pesar de "las cuestiones pendientes". Eludió prejuzgar cómo podrán resolverse las reservas de Italia al nuevo reparto de eurodiputados, aunque se mostró convencido de que el primer ministro italiano, Romano Prodi, no vetará el acuerdo.
 
El portugués, que dijo haber mantenido contactos con numerosos mandatarios europeos en los últimos días, aseguró que "todos van a Lisboa con un espíritu de compromiso". Además, hizo hincapié en la urgencia de poner punto final a la larga crisis institucional que ha ido ensombreciendo a la UE desde el inicio de la redacción de la Constitución Europea y su rechazo en los referendos francés y holandés de 2005.
 
Para conseguir este objetivo antes se debe superar el recelo italiano hacia el nuevo reparto de escaños. El hecho de que el nuevo diseño haya reducido el número de parlamentarios de 785 a 750 y se haya enfrentado al reto de la ampliación ha afectado directamente a Roma. Pese a que en un primer momento, a juzgar por las declaraciones de las altas autoridades italianas parecía que el recorte de un escaño no iba a ser problema, ahora se revela que sí lo es. Italia no quiere perder la paridad ante Francia (74, eurodiputados) e Inglaterra (73).
 
La solución podría llegar de la mano del presidente francés, Nicolás Sarkozy que no descarta perder un escaño en favor de Italia con tal de zanjar la pesada y casi imposible construcción institucional. Lo malo es que esta medida podría producir un efecto dominó en Varsovia que se ajustaría al mismo trato diferencial respecto a España y podría exigir la cesión de un escaño.
 
Este sería el peor de los escenarios a los que se podría enfrentar nuestro país pues a la pérdida de peso en el Consejo se sumaría la de la Eurocámara. Extremo que encontraría con una firme oposición de los populares que verían como todos los esfuerzos realizados en la etapa de Aznar por obtener voz propia en la Unión se reducen a nada.
 
Nueva cultura de "Z"
 
Pero, sin embargo, poco parece importarles al Gobierno socialista esta situación. Coincidiendo con la presentación del vídeo de precampaña en el que el presidente Zapatero salva la "Z" de "ZP" de la anterior contienda, el jefe del Gobierno español realizó unas entusiastas declaraciones al periódico francés Le Figaro. En ellas asegura  que el futuro tratado para reformar el funcionamiento institucional de la UE "sienta las bases de una nueva cultura europea que antepone la búsqueda del consenso al derecho de veto".
 
En un artículo titulado "Un nuevo horizonte para la Unión Europea", Zapatero defiende el nuevo reparto de eurodiputados que el Tratado de Reforma propone y que, en el caso español, eleva de 50 a 54. De este nuevo acuerdo, el presidente señala que "el resultado (...) será una Unión Europea con instituciones más estables, un sistema de toma de decisiones mejor adaptado a la nueva realidad de sus veintisiete miembros". Subraya que el acuerdo potenciará "una acción exterior común más visible" con la cual "transmitir mejor nuestros valores y afirmar nuestro papel de defensores de la paz sobre la escena internacional".
 
Zapatero alude al proceso de debates internos para alcanzar este nuevo texto, tras la crisis abierta por el rechazo de franceses y holandeses del anterior Tratado, y se muestra convencido de que permitirá la defensa de los valores de la Unión en el mundo. El presidente señala que "la Unión, lejos de detenerse, ha demostrado su fortaleza ampliando sus fronteras y sentando las bases de nuevas políticas comunes, como la de la inmigración, por la que tanto ha trabajado España, o la energética, sobre la que se sigue trabajando".
 
Acuerdo de Reforma
 
En la agenda de Lisboa de "Los Veintisiete" se tienen contemplados dos temas centrales: la respuesta política a las turbulencias financieras causadas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EEUU y sobre los preparativos para la reunión ministerial sobre el cambio climático que se celebrará en diciembre en Bali, Indonesia. En segundo plano analizarán cómo debe actuar la UE ante las inversiones masivas en empresas europeas de fondos estatales procedentes de países como China o Rusia.
 
Sin embargo, el primer ministro portugués y presidente en turno de la UE, José Sócrates, adelantó en su carta de invitación a la cumbre turnada a los líderes europeos que  las discusiones económicas ocuparán un lugar secundario en la agenda de la cumbre de Lisboa y estarán supeditadas a que antes se llegue a un acuerdo definitivo sobre el nuevo Tratado de Reforma.
 
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha recibido el encargo de Sócrates de abrir este debate económico presentando las conclusiones del informe del Ejecutivo comunitario sobre la dimensión exterior de la estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo.

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