LD (EFE) En el sur de Waziristán, a pocos kilómetros de la localidad de Wana, donde más de 5.000 soldados paquistaníes tienen rodeados a entre 400 y 500 presuntos miembros de Al-Qaeda, el intercambio de fuego entre ambas partes ha sido muy escaso desde este lunes y una delegación de ancianos del consejo tribal de la zona trata de negociar la rendición de los cercados.
Sin embargo, a unos treinta kilómetros del área de los combates doce soldados resultaron muertos este lunes, y otros quince heridos, en un ataque contra un convoy del Ejército que se dirigía a reforzar a las tropas que rodean a los supuestos terroristas.
El general Shaukat Sultan, portavoz de las Fuerzas Armadas paquistaníes, confirmó en Islamabad el ataque, que atribuyó a "elementos próximos a Al-Qaeda", y dijo que fueron alcanzados seis vehículos, de los cuales tres quedaron totalmente destruidos. Otros tres soldados murieron este martes en un campamento militar en Parachinar, unos 150 kilómetros al noreste de Wana, en un ataque con morteros del que los militares también responsabilizaron a la organización de Osma ben Laden.
Mientras tanto, en la aldea de Kalusha, cerca de Wana, en los registros iniciados el domingo los soldados han encontrado una serie de túneles artificiales, el mayor de los cuales parte del caserío de Nek Mohamed, un anciano del lugar buscado por dar refugio a supuestos terroristas. Ese túnel, de dos kilómetros de largo, enlaza la casa de Mohamed con un arrollo seco desde donde se cree que pudieron haber escapado varios de los supuestos terroristas, entre ellos los jefes del grupo, en las primeras jornadas de la operación, según dijo el jefe de la seguridad de la región, brigadier Mahmud Shah.