La Comisión Nacional de Elecciones lusa confirmó al victoria del partido del primer ministro José Sócrates, que pierde por ahora de 25 de sus 121 diputados, al concluir el escrutinio provisional, con el 99,6 de las circunscripciones, en las que se registró una abstención del 39,4 por ciento.
Frente a las anteriores legislativas de 2005, en las que los socialistas obtuvieron un 45 por ciento de sufragios con una abstención cinco puntos más baja, el PSD casi no registra ascenso sobre el 28,7 logrado entonces, pero gana de momento 3 diputados y contará con 78 de los 230 miembros de la Asamblea.
El escrutinio oficial confirma el crecimiento del conservador Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), que se convierte en la tercera fuerza política portuguesa con un 10,4 por ciento de votos frente al 7,2 de 2005. El marxista Bloque de Izquierda (BI) con el 9,8% de sufragios es otro de los ganadores de la votación en la que sube desde el 6,3 que consiguió hace cuatro años y desbanca en su espectro político a la coalición de comunistas y verdes (CDU). Pese a bajar de tercera a quinta fuerza política, la CDU registra un aumento de votos y diputados al pasar del 7,5 por ciento de las anteriores legislativas al 7,8.
A falta de contabilizar votos de la emigración y afinar la distribución de 4 de los 230 asientos del Parlamento, el escrutinio provisional otorga a los socialistas 96 diputados (121 en 2005), 78 a los socialdemócratas (75), 21 al CDS-PP (12), 16 al Bloque de Izquierda (8) y 15 a la coalición comunistas-verdes (14).
Estos resultados obligarán al primer ministro Sócrates a negociar el apoyo de otras fuerzas parlamentarias para gobernar, algo que no parecía fácil según las primeras reacciones de los demás partidos, que coincidieron en concentrarse en el ataque a los socialistas durante la campaña electoral.