LD (Agencias) Los convencionales, de Austria, Irlanda, Finlandia, Portugal, Suecia, Estonia y Eslovenia, explicaron en rueda de prensa los argumentos recogidos en el documento titulado “Reforma de las instituciones: principios y premisas”, que en su opinión tiene un apoyo mayoritario en 16 de los 25 países que a partir de 2004 integrarán la Unión Europea. Sus posiciones coinciden con las acordadas el pasado martes en Luxemburgo por los primeros ministros de Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Portugal, Finlandia, Austria e Irlanda, en la primera reunión que celebraron para precisar una posición común de los “pequeños” frente a los argumentos defendidos por los “grandes”.
La idea central que une a los Estados de menor población es su negativa a aceptar el nombramiento de un presidente de Europa, una propuesta auspiciada por Alemania, Francia, Gran Bretaña y España. Los “pequeños” consideran que la aceptación de esa propuesta conllevaría “la violación del principio de igualdad” en que se sustenta la Unión, recordó Dimitrij Rupel, quien representa al gobierno esloveno en la Convención. “El 89 por ciento de los ciudadanos de mi país apoya su pertenencia a la Unión Europea, pero es muy difícil para nosotros negociar por una parte esa pertenencia y por otra aceptar que se intenta romper el principio de igualdad”, señaló.
Además del rechazo a crear la figura de presidente europeo, el documento presentado los convencionales apoya el nombramiento de un ministro de Asuntos Exteriores de Europa como portavoz del viejo continente en el mundo. Este ministro debería tener, en su opinión, un “estatus especial” dentro del colegio de comisarios, al que pertenecería. Otra idea es el respeto escrupuloso del método comunitario, la garantía del equilibrio entre las instituciones, la extensión del voto por mayoría cualificada para agilizar los procesos, o la ampliación de la codecisión con el Parlamento Europeo.
La idea central que une a los Estados de menor población es su negativa a aceptar el nombramiento de un presidente de Europa, una propuesta auspiciada por Alemania, Francia, Gran Bretaña y España. Los “pequeños” consideran que la aceptación de esa propuesta conllevaría “la violación del principio de igualdad” en que se sustenta la Unión, recordó Dimitrij Rupel, quien representa al gobierno esloveno en la Convención. “El 89 por ciento de los ciudadanos de mi país apoya su pertenencia a la Unión Europea, pero es muy difícil para nosotros negociar por una parte esa pertenencia y por otra aceptar que se intenta romper el principio de igualdad”, señaló.
Además del rechazo a crear la figura de presidente europeo, el documento presentado los convencionales apoya el nombramiento de un ministro de Asuntos Exteriores de Europa como portavoz del viejo continente en el mundo. Este ministro debería tener, en su opinión, un “estatus especial” dentro del colegio de comisarios, al que pertenecería. Otra idea es el respeto escrupuloso del método comunitario, la garantía del equilibrio entre las instituciones, la extensión del voto por mayoría cualificada para agilizar los procesos, o la ampliación de la codecisión con el Parlamento Europeo.