Sin embargo, antes de descubrir la verdad todos nos sobrecogimos al ver en nuestras pantallas las imágenes de un eterno tiroteo en el que un padre y su pequeño hijo palestino se vieron atrapados y al final del cual, y de forma totalmente injustificada, el pequeño Mohammed Al Dura moría víctima de las balas israelíes.
Fue uno de los iconos de la segunda intifada y ha sido una imagen que ha inspirado el derramamiento de mucha sangre en todo el mundo. Hoy en día, aunque muchos siguen negando la verdad, sabemos que todo era un gran montaje e incluso hemos visto en el documental Pallywood que no sólo no era la única sino que era parte del trabajo de una auténtica "factoría de ficción".
Y lo sabemos gracias, entre otros, a Philippe Karsenty, alcalde adjunto de la ciudad de Neully, francés y judío, que visitó este lunes La noche de César y que también ha hablado con Libertad Digital. Karsenty empezó a sospechar pronto de las imágenes, a pesar de que en un primer momento las creyó como las creímos todos: “Cuando lo vi por primera vez en televisión no me di cuenta de que era un fraude”, nos cuenta, pero “después descubrí el trabajo de una televisión alemana, que en un reportaje aseguraba que el vídeo era verdadero, pero que no eran los soldados israelíes quienes habían matado a Al Dura”.
Y no sólo eso, el escándalo era todavía mayor: “A partir de ahí conocí otras investigaciones que afirmaban que ni siquiera el niño había muerto, que todo era una completa mentira, una puesta en escena”. Fue descubrir esto lo que lo impulsó a desenmascarar a los manipuladores: “Decidí que había que luchar por la verdad y contra este libelo sangriento”.
Querella de France 2
En primer lugar Karsenty se dirigió a France 2, la cadena pública que había lanzado las imágenes desde Israel a todo el mundo, pero allí “nadie quería revelar la verdad”, así que en 2004 decidió acusar públicamente a la empresa de emitir esta falsedad “para que así se querellasen en mi contra”.
Y es que hasta ese momento la única respuesta que había recibido era que la cadena francesa "decía que no hablaban con negacionistas del Holocausto”, por lo que “les acusé de que el reportaje era falso, un libelo, un documento falso y ellos me denunciaron por difamación”.
Se celebró un primer juicio en el que, a pesar de que el Procurador de la República (la figura que en el sistema legal francés podría equipararse a la Fiscalía en España) afirmaba que Karsenty tenía razón y que había suficientes evidencias de que era un fraude, el juez dictaminó contra él en un sorprendente auto y le obligó a indemnizar a France 2.
Pero, llamativamente, tal y como nos cuenta el afectado “una de las cosas más importantes en la decisión del juez fue que tenían una carta escrita por Jacques Chirac, ex presidente francés, que apoyaba al periodista de France 2 que creó este el libelo sangriento, Charles Enderlin”.
Karsenty reconoce que tras la querella se quedó “en estado de shock”, pero "inmediatamente apelé, y al año siguiente tuvimos el segundo juicio”, en el que ya contó con “el material completo”, es decir, con todo el vídeo que había grabado el cámara de France 2.
Lo primero que llamó la atención es que el vídeo sin editar, del que se suponía que había 27 minutos grabados, tenía en realidad 18, "y en esos 18 minutos no había nada que demostrara que Al Dura había muerto". El juez entendió que había fraude y, dos años después de empezar los juicios, "fui declarado no culpable de difamación".
Sin embargo, y a pesar del fallo del tribunal, Karsenty nos cuenta como la profesión periodística no pierde la oportunidad de dar ejemplo de corporativismo y falta de ética: "25 periodistas franceses enviaron una petición contra mí y para apoyar a, Charles Enderlin diciendo que era un gran periodista". Es más, con el fraude ya demostrado "el Gobierno francés le concedió la Legión de Honor, la mayor condecoración de Francia, el siguiente mes de julio".
Por el contrario, después de luchar por la verdad y de demostrar un gran fraude Karsenty no recibió el apoyo de prácticamente nadie en el periodismo francés: "Si tuve apoyos, pero ninguno de un gran nombre".
Antisemitismo en los medios
Pero lo peor del escándalo de Al Dura es que no es un caso aislado sino la prueba palpable de que "el antisemitismo está aún vivo", y los medios de comunicación "buscan este tipo de informaciones de antemano para justificar su antisemitismo, para hacer aceptables tesis contra los judíos".
Y la manera de hacer aceptable el antisemitismo está muy clara: "Crear estos libelos sangrientos, lo mismo que hizo Richard Goldstone con su informe". Precisamente Goldstone, el sudafricano que ha hecho un polémico informe sobre lo ocurrido en la Guerra de Gaza, es un buen ejemplo de otro de los personajes típicos que crea este antisemitismo: "Alguien que no es nadie en su país y consigue cierta relevancia pública atacando a Israel y a los judíos".
Karsenty alerta además de que este odio a los judíos es, sobre todo, una enfermedad de la prensa: "La gente muestra mucho menos antisemitismo del que se puede ver en la prensa o en lo que llaman intelectuales". En su opinión son los medios "los que están emitiendo ese antisemitismo, la gente no es antisemita sino que tiene buenas relaciones con los judíos. Son los medios los que están tratando que la gente odie a los judíos… y funciona".
Y es que lo normal es que cristianos y judíos tengan buenas relaciones: "Francia tiene una herencia judeo-cristiana, los judíos siempre han estado ahí sin problemas de convivencia con los cristianos, todo esto es propaganda". Una propaganda que "antes venía de la Iglesia", pero ahora Karsenty recalca que la Iglesia tiene un comportamiento irreprochable: "Ha olvidado todos esos malvados mensajes y hay un buen diálogo y relación con los cristianos", lógico ya que "tenemos nuestros valores comunes", que hay que defender contra "los mensajes extremistas y proislamistas de medios y presuntos intelectuales".
Porque el principal problema para Europa es que "aunque no lo entiendan, están cometiendo un suicidio demonizando a los judíos y a Israel en Occidente".
Los Sabios de Sión y la prensa
En algunas ocasiones Karsenty ha comparado casos y libelos como el de Al Dura con los viejos Protocolos de los Sabios de Sión, el libelo antisemita más famoso de todos los tiempo que, pese a su archidemostrada falsedad, "sobreviven incluso ahora, sobre todo en países árabes".
Y es que este tipo de mentiras tiene más crédito del que en ocasiones podemos imaginar: "En oriente próximo se dice que los judíos matan niños para beberse su sangre".
Los "enemigos de dentro" y el poder del petróleo
Uno de los grandes problemas para acabar con esas mentiras y luchar contra los radicalismos es que, en no pocas ocasiones, el "enemigo" está dentro de casa: "Es increíble, y una locura, que tengamos que discutir si hemos de prohibir el Burka, que tengamos gente, dentro de la misma Francia, diciendo que no debemos prohibirlo, que no sería bueno… ¿de qué estamos hablando?".
Philippe nos da otro ejemplo especialmente doloroso para él: "De hecho, incluso el Gran Rabino en Francia escribió un largo artículo en Le Figaro defendiendo los minaretes tras el referéndum en Suiza. ¿Estamos locos? ¿A dónde vamos si seguimos así?".
Porque está claro: "Si no puedes ver a una mujer sin que se cubra el rostro y sin violarla el problema está en ti y en tu educación. Si le cortas la garganta a un homosexual, como hacen en Arabia Saudí, eres un animal, incluso peor, los animales no hacen esas cosas, se respetan a sí mismos y unos a otros".
¿Las razones de esta quinta columna? Pues hay una muy clara: "Todo es por el petróleo, si Arabia Saudí no tuviese petróleo les invadiríamos y les obligaríamos a dejar de matar a homosexuales". Y si no una invasión Karsenty sí reclama al menos una justa reciprocidad: "Si me dejas construir iglesias en Arabia yo te dejaré hacer minaretes, la relación está completamente al revés de cómo debería ser".
Zapatero y el pañuelo palestino
Preguntado por la situación y el antisemitismo en España Karsenty responde de forma extremadamente prudente, "no conozco al 100% el tema", excepto cuando habla de cierto gesto que en su día tuvo Zapatero: "Es un desastre, este hombre vistiendo el pañuelo palestino durante la última guerra en Gaza no estaba defendiendo al pueblo palestino sino a los terroristas de Hamas"; que no son precisamente un grupo de amigos de la paz: "Tienen muy claro, y lo admiten, que no quieren liberar a su gente sino que, según sus propias palabras, primero matarán a los judíos y luego a los cristianos y quieren convertirnos a todos".
Ante la evidencia de lo que es Hamas, Karsenty se pregunta: "¿Para quién trabaja este hombre, quién le paga? Mi respuesta es que reciben mucho de las monarquías del petróleo", nos dice antes de recordad que Hamas no es sino una parte de los Hermanos Musulmanes "que están muy cerca de Bin Laden, que reciben su dinero de los mismos sitios y trabajan con la misma gente que Bin Laden".
La importancia de la batalla en los medios
Antes de terminar la entrevista Karsenty nos recuerda lo importante que es la batalla de la opinión pública: "Israel está ganando todas las guerras sobre el terreno, pero perdiéndolas en los medios de comunicación y en las Naciones Unidas". La prueba de esto es que "cada vez que Israel se defiende en una guerra y gana terreno tiene después que devolverlo, y eso no ha pasado en ninguna guerra anterior en ningún lugar de mundo".
El problema es que, a día de hoy, "Israel no entiende que la guerra de la opinión pública es tan importante como la guerra sobre el terreno, por eso están demonizados en todo el mundo". El resultado es que a día de hoy "están perdiendo apoyos en todo el mundo, hasta de muchos judíos, sin ir más lejos en la propia Francia muchos dicen que no quieren verse asociados con ese estado criminal”, y "si Israel no se toma esto muy en serio y cambia su actitud al respecto no lo solucionará".
Una solución en la que el estado hebreo debe ir de la mano con las democracias occidentales: "Es el momento de que occidente le diga a los árabes y a los países musulmanes que el juego se ha terminado, que hemos descubierto su truco y que si nos atacan responderemos y devolveremos los golpes".
Difícil decirlo más claro, y complicado encontrar a alguien que haya devuelto un golpe con tanto acierto como lo ha hecho Karsenty, desmontando uno de las más grandes mentiras que la factoría de ficción pallywoodense "coló" a los medios occidentales.