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Los anti-globalización causan incidentes en Ginebra y Lausana

Decenas de miles de personas se reunieron este domingo por la tarde en la frontera de Thonex-Ballard, entre Francia y Suiza, para mostrar su rechazo a la forma de gobernar el mundo por parte de los líderes del G-8, reunidos en la ciudad balneario de Evian, muy lejos de los manifestantes.

L D (EFE) Dos columnas integradas por decenas de miles de personas de diversas nacionalidades, una de ellas salida de Ginebra (Suiza) y la otra de Annemasse (Francia), confluyeron a primera hora de la tarde de este domingo en la frontera de Thonex-Ballard, punto culminante de la manifestación central contra la cumbre del G-8. Una vez alcanzada la meta, uno de los organizadores tomó la palabra para expresar su satisfacción por haber reunido a "cien mil personas", cálculo excesivamente optimista según otros observadores, que hablan de unos cincuenta o sesenta mil participantes por ambos lados, como mucho.

Con excepción de algunos incidentes aislados protagonizados por una cincuentena de jóvenes enmascarados y vestidos de negro que atacaron varios edificios en Ginebra y luego una gasolinera durante el recorrido, la manifestación transcurrió en calma y en un ambiente de fiesta. Sin embargo, los sucesos más graves se produjeron en Lausana (Suiza), donde se alojan los jefes de Estado de varios países en desarrollo invitados a la cumbre de Evián. Allí, después de que se produjesen varias escaramuzas e incidentes violentos, la policía ordenó la evacuación del camping local de La Bourdonette, donde estaban bloqueados unos cuatrocientos manifestantes, que fueron sacados uno a uno y encerrados en furgonetas.

La policía decidió intervenir después de que en varios puntos de la ciudad los manifestantes lanzaran las piedras y rompieran los cristales de varios edificios, lo que obligó a las fuerzas de orden a hacer uso de sus gases lacrimógenos. Algunos de los más violentos arrebataron sus equipos fotográficos a los reporteros que cubrían la manifestación mientras otros saquearon un comercio próximo al puerto, del que salen los barcos que utiliza la prensa y las delegaciones de los países en desarrollo para pasar a Evián, situada en la orilla opuesta del lago, en el lado francés.

Miembros de la delegación y la prensa mexicanas que acompañan al presidente de ese país, Vicente Fox, se vieron sorprendidos en el hotel de Lausana donde se alojan por la violencia de algunos de esos manifestantes, que rompieron las vitrinas del hall con sus bates y otros instrumentos contundentes. En algunos lugares se produjeron enfrentamientos entre los violentos y los manifestantes pacíficos, que trataban en vano de contener a los primeros. Según la policía, se trata de alborotadores profesionales que actúan en pequeños grupos y vienen de la suiza alemana, Italia y Alemania.

En la autopista que une a Ginebra con Lausana, a la altura de Aubonne, dos jóvenes trataron, por su parte, de manifestar su oposición a la cumbre del G-8 descendiendo con una cuerda desde un puente. Uno de ellos se precipitó al vacío desde varias decenas de metros, posiblemente tras la intervención de la policía, según algunas fuentes, y hubo de ser trasladado en helicóptero a un hospital. Pero al margen de esos sucesos, la manifestación central transfronteriza entre Ginebra y Annemasse fue una gran fiesta popular en la que participaron personas de todas las edades, entre ellas muchos padres con sus hijos pequeños, que portaban banderas arco iris de la paz. Algunos iban en bicicleta o arrastraban cochecitos de niño y muchos llevaban pancartas alusivas contra la ocupación de Irak, la guerra del petróleo, la globalización, el capitalismo y hasta el plan Colombia (de EEUU contra el narcotráfico).

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