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López Murphy, único no peronista con opciones de pasar a la segunda vuelta en las presidenciales

Sólo tres de los 18 candidatos a suceder a Eduardo Duhalde en la presidencia de Argentina tienen opciones de pasar a una segunda vuelta que ya se da por seguro. Ante los comicios de este domingo, tres son los favoritos en los sondeos: los aspirantes del Partido Justicialista (peronistas) Carlos Menem y Néstor Kirchner, así como el centro-derechista Ricardo López Murphy.

L D (EFE) Más de 25,4 millones de ciudadanos mayores de 18 años están llamados a participar en estas elecciones presidenciales y para la vicepresidencia. En tres provincias (La Rioja, San Luis y Santiago del Estero) los electores votarán además para gobernador.

En total, compiten 18 candidatos a presidente, pero sólo tres de ellos cuentan con grandes posibilidades de recibir el mando de la nación el 25 de mayo de manos del presidente Eduardo Duhalde. Las encuestas sobre intención de voto favorecen, aunque cada vez menos, al ex presidente Carlos Menem, que gobernó de 1989 a 1999, y es una figura controvertida por haber estado envuelto en escándalos de corrupción que incluso le llevaron a pasar varios meses en arresto en 2001. Menem, que se declara el "mejor discípulo de Perón", cuenta con una ligera ventaja –no más de dos puntos– sobre otros dos candidatos, su correligionario Kirchner, a quien apoya el presidente Duhalde, y el López Murphy, que perteneció a la hoy maltrecha Unión Cívica Radical.

También tienen opciones otros dos candidatos. Se trata del también peronista Adolfo Rodríguez Saá, el hombre que en su fugaz presidencia declaró el cese de pagos de la deuda, y la diputada centro-izquierdista Elisa Carrió. Según los sondeos, ninguno de los cinco contará con el 45 por ciento, o el 40 por ciento más diez puntos de diferencia sobre el siguiente, necesarios para proclamarse presidente electo en primera vuelta, por lo que parece seguro que la elección del presidente se dirimirá en una segunda vuelta, prevista para el 18 de mayo. La incógnita está en que hará el 20 por ciento o más del electorado que aún no definió su voto, según los sondeos.

A las 8.00 horas locales (1 de la tarde hora española) abrirán las 67.094 mesas receptoras de votos repartidas por este país de 2,7 millones de kilómetros cuadrados, y a las 18.00 horas (11 de la noche en España) cerrarán, salvo excepciones. Hasta tres horas después del cierre de los colegios no se pueden difundir encuestas a boca de urna ni proyecciones de voto, mientras los primeros resultados oficiales se conocerán sobre las 19.30 horas (12.30 de la noche, hora española), según ha señalado el Gobierno. El escrutinio está a cargo de la empresa española Indra, con gran experiencia en procesos electorales en Iberoamérica.

La seguridad de la jornada electoral estará a cargo de más de 85.000 militares y policías, mientras de la transparencia del proceso se ocuparán observadores de la Organización de Estados Americanos y de varios países. Aunque el Gobierno ha descartado de plano que pueda haber actos de violencia durante los comicios, en los últimos días han proliferado los rumores y versiones acerca de posibles incidentes.

El lunes pasado policías y manifestantes que apoyaban a los obreros de una fábrica abandonada por sus dueños libraron una batalla campal en las calles de Buenos Aires que se saldó con numerosos heridos e hizo pensar en una vuelta al clima social conflictivo que imperó a fines del 2001 y comienzos del 2002, cuando se vivió el peor momento de la crisis. Además, existe el antecedente de lo ocurrido en la provincia de Catamarca el 2 de marzo pasado, cuando hubo que suspender las elecciones a gobernador debido a los desórdenes protagonizados por seguidores de un político peronista, esposo de la ministra argentina de Trabajo, al que la justicia electoral impidió presentarse como candidato por no residir en ese distrito.

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