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Hezbolá podría ganar en las elecciones parlamentarias de Líbano

Autoridades cristianas libanesas han advertido de una posible victoria de los terroristas en las elecciones que el domingo se celebrarán en el país. Llaman a estar "alerta" en contra de los planes contra los cristianos libaneses, ya que Hezbolá podría cambiar "la faz entera del país".

L D (Europa Press) El patriarca cristiano maronita de Líbano, cardenal Nasrallah Boutros Sfeir, advirtió el sábado de que una victoria de Hezbolá en las elecciones parlamentarias del domingo pondría en peligro la existencia del país, que vería amenazada su "identidad árabe".

Sfeir llamó a "estar alerta ante los planes" en contra de los cristianos libaneses. De ganar Hezbolá las elecciones, "la faz entera del país podría verse alterada", declaró en comentarios recogidos por la National News Agency de Líbano.

El patriarca, de 89 años, mantiene una tensa relación con el principal aliado cristiano de Hezbolá, Michel Aoun, líder del bloque cristiano mayoritario en el Parlamento, dividido proporcionalmente según las diversas confesiones del país.

Líbano se prepara para afrontar  unas elecciones parlamentarias de resultado incierto que definirán buena parte del futuro de Oriente Próximo. Siria sobre todo, junto con Israel, Irán, la Liga Árabe, la Autoridad Palestina, Hamás y, de forma indirecta, Estados Unidos y la Unión Europea están pendientes de unos comicios que enfrentan a dos coaliciones: la que encabeza el hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri, Saad, de tendencia prooccidental y antisiria, y el conglomerado de partidos políticos encabezados por el poderosísimo grupo terrorista chií Hezbolá y que aboga por el estrechamiento de lazos con Damasco.

Las elecciones del domingo suponen la culminación de un largo proceso firmado hace casi un año y que concluía la peor ola de violencia registrada en el país desde la guerra civil (1975-1990). En el momento de firmarse el acuerdo, el país llevaba seis meses sin presidente, y dos semanas antes, más de 65 personas habían perdido la vida en violentos enfrentamientos entre elementos progubernamentales y facciones afines a Hezbolá, después de que el Gobierno ordenara la cancelación de la red telefónica privada del grupo chií en el último episodio de tensiones entre ambos grupos.

Desde la firma del acuerdo en Qatar bajo la mediación de la Liga Árabe, Hezbolá respeta la formación de un nuevo Gobierno de unidad y conserva el derecho de veto sobre las decisiones más importantes del Ejecutivo, ahora encabezado in tempore por el presidente Michel Suleiman.

Se mantiene, no obstante, la presión sobre Hezbolá por el apoyo que recibe de Damasco, una alianza que provoca el rechazo contundente de centenares de miles de libaneses que se oponen a la influencia histórica siria en el país y que alcanzó un punto culminante en 2005 con el asesinato del ex primer ministro Hariri, un magnicidio en el que Damasco ha negado desde el primer momento haber estado involucrado.

Según sus críticos, Damasco desea un Gobierno sumiso al Eje sirio-iraní, el bloqueo del proceso de investigación del asesinato de Hariri en los tribunales internacionales, el aplazamiento del problema fronterizo entre Siria y Líbano, y sobre todo, el abandono de las pesquisas sobre el estado de centenares de prisioneros libaneses desaparecidos en Siria.

Otros consideran esta perspectiva "simplista hasta el grado del ridículo", según el politólogo Rime Allaf, para quien resulta "absolutamente imposible valorar el interminable arsenal de historias, rumores y deducciones sobre los presuntos crímenes sirios". "Las acusaciones infundadas sobre los múltiples crímenes cometidos por Siria han sido una constante en el discurso de la coalición de Hariri", añade Allaf.

 

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