L D (EFE) En la capital del país, Riga, se pronunciaron a favor de la entrada en la UE un 59,1 por ciento de los votantes, y el peor resultado a favor del "sí" se registró en Daugavpils, mientras que el mayor apoyo a la causa europeísta estuvo en Liepaja, con el 73,2 por ciento de los votos.
El referéndum de Letonia culminó el ciclo de los plebiscitos celebrados en los diez países europeos invitados a unirse a los actuales quince miembros de la UE para formar, en mayo de 2004, la "Europa de los 25". Junto a Letonia, respaldaron la adhesión a la UE, Malta, Eslovenia, Hungría, Lituania, Eslovaquia, Polonia, la República Checa, Estonia y Chipre, donde la decisión la tomó el Parlamento, dada la situación de división de la isla en dos partes.
El plebiscito letón, no obstante la victoria del "sí" a la integración europea, se vio marcado por algunas sombras que se ciernen sobre el país báltico en el umbral de la UE. Por una parte, casi medio millón de habitantes de Letonia que fueron excluidos del referéndum, al no disponer de la ciudadanía. Por otra, las informaciones sobre los resultados favorables a la adhesión se vieron seguidos por las noticias de una grave crisis de Gobierno, que esperó a que terminara la consulta popular para estallar con toda su virulencia.
Una de las cuatro formaciones políticas que componen la coalición gubernamental acusó al primer ministro letón, Einar Repse, de autoritarismo y pidió su dimisión; el jefe de Gabinete, a su vez, dio por concluida la alianza en el poder.
El referéndum de Letonia culminó el ciclo de los plebiscitos celebrados en los diez países europeos invitados a unirse a los actuales quince miembros de la UE para formar, en mayo de 2004, la "Europa de los 25". Junto a Letonia, respaldaron la adhesión a la UE, Malta, Eslovenia, Hungría, Lituania, Eslovaquia, Polonia, la República Checa, Estonia y Chipre, donde la decisión la tomó el Parlamento, dada la situación de división de la isla en dos partes.
El plebiscito letón, no obstante la victoria del "sí" a la integración europea, se vio marcado por algunas sombras que se ciernen sobre el país báltico en el umbral de la UE. Por una parte, casi medio millón de habitantes de Letonia que fueron excluidos del referéndum, al no disponer de la ciudadanía. Por otra, las informaciones sobre los resultados favorables a la adhesión se vieron seguidos por las noticias de una grave crisis de Gobierno, que esperó a que terminara la consulta popular para estallar con toda su virulencia.
Una de las cuatro formaciones políticas que componen la coalición gubernamental acusó al primer ministro letón, Einar Repse, de autoritarismo y pidió su dimisión; el jefe de Gabinete, a su vez, dio por concluida la alianza en el poder.