LD (Agencias) El nuevo estatuto fue votado este jueves por la mayoría parlamentaria que detenta la gobernante Unión Africana de Zimbabue (ZANU-PF), partido liderado por el presidente Robert Mugabe, a pesar de que un comité aconsejó desestimarlo por ser anticonstitucional. A partir de ahora las expropiaciones, sin compensación económica alguna, podrán ser ejecutadas una vez hayan sido publicadas en la Gazeta del Gobierno sin más requisitos. Con anterioridad, primero la orden de expropiación debía ser comunicada a su propietario y éste podía recurrir ante un tribunal para evitar la pérdida de su propiedad.
En defensa de la modificación de la controvertida Ley de Adquisición de las Tierras, la cúpula de la ZANU-PF y el ministro de Justicia, Patrick Chinamasa, dijeron que "no debe ser una sorpresa para nadie ya que los hacendados blancos conocen el plan de reforma de la tierra, dirigido a expropiar sus fincas". Dicho plan ha forzado a abandonar sus tierras a unos 4.100 propietarios blancos de los 4.500 que existían antes de 2000, cuando Mugabe incitó a la invasión de esas fincas por los llamados "ex-combatientes", veteranos de la guerra de independencia, y miles de seguidores de la ZANU-PF.
La llamada reforma de la tierra, que generó una espiral de violencia en el país con un saldo de más de un centenar de personas muertas, ha convertido a Zimbabue de ser un país exportador de alimentos a uno dependiente de la ayuda humanitaria internacional. La mayor parte de las haciendas comerciales expropiadas, las mejores tierras cultivables en el país, han sido divididas en pequeñas parcelas en las que los miles de propietarios negros beneficiados por el Gobierno practican una agricultura de subsistencia.
En defensa de la modificación de la controvertida Ley de Adquisición de las Tierras, la cúpula de la ZANU-PF y el ministro de Justicia, Patrick Chinamasa, dijeron que "no debe ser una sorpresa para nadie ya que los hacendados blancos conocen el plan de reforma de la tierra, dirigido a expropiar sus fincas". Dicho plan ha forzado a abandonar sus tierras a unos 4.100 propietarios blancos de los 4.500 que existían antes de 2000, cuando Mugabe incitó a la invasión de esas fincas por los llamados "ex-combatientes", veteranos de la guerra de independencia, y miles de seguidores de la ZANU-PF.
La llamada reforma de la tierra, que generó una espiral de violencia en el país con un saldo de más de un centenar de personas muertas, ha convertido a Zimbabue de ser un país exportador de alimentos a uno dependiente de la ayuda humanitaria internacional. La mayor parte de las haciendas comerciales expropiadas, las mejores tierras cultivables en el país, han sido divididas en pequeñas parcelas en las que los miles de propietarios negros beneficiados por el Gobierno practican una agricultura de subsistencia.