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Correa habla de un "intento de golpe de Estado"

El presidente de Ecuador ha alertado desde el hospital donde se encuentra cercado por la Policía del intento de un golpe de Estado. Los policías protestan contra la reducción de sus salarios pero el Ejército ya ha advertido que no los apoya. El Gobierno ha decretado el Estado de excepción.

"Es un intento de golpe de Estado de la oposición y son ciertos grupos enquistados en Fuerzas Armadas y Policía que siempre estuvieron, básicamente el grupo de Sociedad Patriótica", dijo en la Radio Pública en referencia al partido político del ex presidente Lucio Gutiérrez.

Después de las palabras del presidente, el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo en rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno, que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad interna y externa del Estado.

Mera subrayó que los "malos ecuatorianos que han violado la seguridad del Estado y han insultado el uniforme de la Policía nacional (...) serán castigados con todo el rigor de la ley". Asimismo, señaló que las autoridades correspondientes "tienen que elaborar un plan de contingencia para resguardar la seguridad del jefe del Estado y de toda la ciudadanía".

Lo de menos, dijo Mera, "son los insultos", pues lo más grave es "el atentado a la democracia". Precisó que el estado de excepción, de momento, no incluye un toque de queda, y remarcó que tampoco se ha suspendido "ninguna garantía constitucional".

"Estamos sorprendidos por esto, que es un golpe de Estado, evidentemente, porque la Policía no tiene ningún motivo para que se subleve", agregó. "No hay ninguna razón para un malestar, aquí es (hay) un golpe de Estado, que está siendo usado por enemigos del Gobierno, por enemigos de la República", subrayó Mera, que estuvo acompañado por varios ministros. Además, indicó que varios colaboradores del Ejecutivo se dirigirán al hospital de la Policía para proteger a Correa.

Correa, cercado en un hospital

Correa está atrapado en un hospital de la policía, donde recibe tratamiento al haberse hecho daño en una pierna, y está rodeado por manifestantes que le impiden salir. "Me dicen que han cercado los alrededores", dijo el propio Correa a la Radio Pública. El hospital está cercado por agentes.

Los policías protestan contra una reducción de sus beneficios salariales y se han enfrentado con la escolta presidencial, que pretendía sacar al gobernante del centro, según constató un periodista de Efe. También dispersan con gases lacrimógenos a la población que avanza para llegar al hospital. Ésta responde a la llamada del canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño.

Correa acudió al centro hospitalario después de que resultara lesionado en la sede de uno de los mayores regimientos de Quito donde pretendía hablar con los cientos de policías que allí se habían congregado para protestar por una ley aprobada por la Asamblea Nacional la víspera. Cuando se quiso ir de dicho regimiento, donde fue abucheado y donde incluso estallaron bombas lacrimógenas, el gobernante fue presionado por numerosos agentes que le rodearon.

"En el tumulto se me dobló la pierna", dijo Correa, que acaba de ser operado en la rodilla derecha. "Me tuvieron que ingresar al hospital (...). Estoy con un suero y con tratamiento en la pierna y analgésicos", declaró el presidente de Ecuador a la Radio Pública. "Nos dispararon bombas lacrimógenas, al Presidente de la República", dijo, indignado, y relató que una de ellas explotó a poca distancia de él.  

El jefe del Ejército rechaza la revuelta

Los agentes ocuparon las instalaciones del Regimiento Quito con gritos en los que llamaban a la unidad y a protestar contra lo que consideran una injusticia contra su profesión. Los policías de tropa rechazan, entre otras cosas, que se hayan eliminado incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos.

Los policías de tropa, que escondían sus rostros de las cámaras, también incendiaron neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta, inédita en Ecuador. En medio de las protestas, Efe constató que los policías pedían a gritos a los militares que los apoyen al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos.

Sin embargo, el jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el general Ernesto González, respondió a este llamamiento pidiendo a la policía y los militares que encabezan las protestas contra el gobierno a que depongan su actitud y se preserve el estado de derecho.

"Invitamos a la policía nacional y a sectores de la sociedad civil y a ciertos elementos de la institución armada a deponer su actitud", dijo González en una conexión televisiva emitida por todos los canales.

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