LD (Agencias) El presidente Néstor Kirchner asistió durante diez minutos a una comida que dos de sus ministros celebraron con los jefes del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, donde se examinó la situación en los cuadros castrenses por la decisión del Gobierno de dejar que la justicia decida sobre las extradiciones de represores. En el almuerzo, según testigos, el mandatario “escuchó de boca se los jefes de las Fuerzas Armadas de que no hay malestar en la oficialidad castrense” por las detenciones de ex integrantes de la dictadura que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.
Rodolfo Canicoba Corral, uno de los jueces federales de Buenos Aires, ordenó el jueves pasado la detención de un civil y de 45 ex jefes del régimen dictatorial en respuesta a la petición, con fines de extradición, cursada por su colega de la Audiencia Nacional de España Baltasar Garzón. La mayoría de los requeridos por el magistrado español, quien les ha procesado y dictado orden de captura internacional bajo los cargos de genocidio, terrorismo (de Estado) y torturas, se presentó voluntariamente y quedó bajo arresto preventivo a disposición del juez Canicoba Corral.
La decisión de Kirchner de dar vía libre a las extradiciones fue el asunto principal analizado durante el almuerzo en la Casa Rosada (la sede del Gobierno argentino) que celebraron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Defensa, José Pampuro, y los jefes de las Fuerzas Armadas. Una fuente gubernamental indicó que, durante el primer tramo de la comida, los dos ministros evaluaron "positivamente" la respuesta de las Fuerzas Armadas para dar cumplimiento "con la premura del caso" a la orden judicial de arresto de los ex represores. Agregó que luego, en presencia del presidente Kirchner, los jefes militares informaron de que no había malestar en las Fuerzas Armadas, aunque las órdenes de detención y la posibilidad de que se concreten las extradiciones ha causado “preocupación entre los militares retirados”.
Rodolfo Canicoba Corral, uno de los jueces federales de Buenos Aires, ordenó el jueves pasado la detención de un civil y de 45 ex jefes del régimen dictatorial en respuesta a la petición, con fines de extradición, cursada por su colega de la Audiencia Nacional de España Baltasar Garzón. La mayoría de los requeridos por el magistrado español, quien les ha procesado y dictado orden de captura internacional bajo los cargos de genocidio, terrorismo (de Estado) y torturas, se presentó voluntariamente y quedó bajo arresto preventivo a disposición del juez Canicoba Corral.
La decisión de Kirchner de dar vía libre a las extradiciones fue el asunto principal analizado durante el almuerzo en la Casa Rosada (la sede del Gobierno argentino) que celebraron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Defensa, José Pampuro, y los jefes de las Fuerzas Armadas. Una fuente gubernamental indicó que, durante el primer tramo de la comida, los dos ministros evaluaron "positivamente" la respuesta de las Fuerzas Armadas para dar cumplimiento "con la premura del caso" a la orden judicial de arresto de los ex represores. Agregó que luego, en presencia del presidente Kirchner, los jefes militares informaron de que no había malestar en las Fuerzas Armadas, aunque las órdenes de detención y la posibilidad de que se concreten las extradiciones ha causado “preocupación entre los militares retirados”.