LD (EFE) En lo que se considera como un signo más del proceso de acercamiento de la península dividida al final de la II Guerra Mundial, las actividades propagandísticas fueron cortadas al filo de la medianoche y se espera que antes del quince de agosto estén desmontados también todos los carteles y proclamas políticas.
La medida es consecuencia del acuerdo que generales de las dos Coreas alcanzaron hace unos días para rebajar la tensión en la línea divisoria del paralelo 38, de cuatro kilómetros de anchura y 248 kilómetros de longitud, que separa el régimen comunista de Pyongyang y el democrático de Seúl, y que es vigilada por más de un millón de soldados a cada lado.
"Agradecemos sinceramente a los soldados del Ejército Popular de Corea del Norte que desearon la reunificación pacífica de la nación y escucharon nuestras emisiones de la voz de la libertad hasta ahora, y rezamos por vuestra eterna felicidad", señaló el último mensaje radiado de los surcoreanos.