LD (EFE) El general estadounidense Rick Lynch, portavoz del Ejército de EEUU en Irak, informó a varios medios de comunicación iraquíes de que un total de 1.313 personas han perdido la vida en los últimos cuarenta días de violencia sectaria. El militar precisó que "de esa cifra, 955 iraquíes murieron en Bagdad, mientras que el resto falleció en otras regiones del país".
Lynch indicó que esas víctimas se produjeron a partir del veintidós de febrero pasado, cuando desconocidos destruyeron con explosivos la cúpula de un importante santuario chií de Samarra, al norte de la capital. Explicó que "en enero pasado, el promedio diario de iraquíes muertos en actos de violencia en Bagdad era de once, que en su peor momento -después del veintidós febrero- subió a 36, mientras que últimamente ha bajado a veinticinco".
Respecto a Abú Musab al-Zarqaui, jefe del brazo iraquí de la organización terrorista Al-Qaeda en Irak, el general señaló que ha dejado de atacar a las fuerzas estadounidenses ya que ahora tiene como blanco a los miembros del Ejército, la Policía y los civiles iraquíes. Concluyó señalando que "desde noviembre pasado, la media mensual de bajas y pérdidas norteamericanas en ataques y atentados ha disminuido, mientras que la de las fuerzas iraquíes ha aumentado".