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La presidencia irlandesa de la UE elude el cristianismo en el preámbulo constitucional

La presidencia irlandesa de la Unión Europea ha renunciado a la inclusión del cristianismo en el preámbulo de la Constitución europea, según se desprende del último documento que ha hecho circular por las capitales y que será analizado por los ministros de Exteriores este lunes en Luxemburgo. Desde que se elaboró la primera propuesta, República Checa, Portugal, Lituania, Malta, Eslovaquia y Polonia habían defendido que se recogiera alguna referencia en la Carta Magna europea.

L D (Agencias) El texto señala que a pesar de la importante ayuda proporcionada por varias delegaciones para la inclusión de una referencia específica a la herencia cristiana o judeocristiana de Europa, "no hay muestra de consenso en esta materia". Se pone así fin a los deseos de República Checa, Portugal, Lituania, Malta, Eslovaquia y Polonia, que desde los trabajos de la Convención que elaboró la primera propuesta, han hecho grandes esfuerzos para recoger el cristianismo en la Carta Magna europea.
 
La redacción del preámbulo, al que ha tenido acceso Europa Press, destaca la "herencia cultural, religiosa y humanista de Europa", a partir de la cual se han desarrollado los valores universales de los derechos humanos inviolables e inalienables, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de derecho". Asimismo, señala que la Europa reunificada, después de las amargas experiencias vividas, se propone continuar por esta senda de civilización, progreso y prosperidad, para el bien de todos sus habitantes, incluyendo los más frágiles y desfavorecidos. Así, como su determinación de seguir siendo una continente abierto a la cultura, el progreso social y la prosperidad; y de que desea profundizar la naturaleza democrática y transparente de su vida pública, y esforzarse para la paz, la justicia y la solidaridad a través del mundo.
 
El texto, que está elaborado como una declaración de los jefes de Estado y de Gobierno de los 25, apunta que éstos muestran su convencimiento de que los pueblos de Europa, mientras se enorgullecen de sus propias identidades e historia nacionales, están resueltos a superar sus antiguas divisiones y cada vez más unidos en forjar un destino común. "Seguros de que Unidos en la diversidad", Europa les ofrece la mejor ocasión de perseguir, con el respeto debido para los derechos de todos y conscientes de sus responsabilidades hacia las generaciones futuras y el planeta, la gran aventura de ser un espacio privilegiado de esperanza humana", concluye el texto.
 
La decisión final sobre este texto será tomada por los jefes de Estado y de Gobierno en la próxima Cumbre que se celebrará en Bruselas 17 y 18 de junio.

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