
L D (EFE) Un grupo de policías acudió al domicilio de Philippe Rondot en Meudon, a las afueras de París, poco después de las 08.00 hora local (06.00 GMT) para llevárselo por la fuerza a declarar ante los dos jueces en la unidad financiera del Palacio de Justicia de París. Rondot, de 69 años y que desde 1997 hasta finales de 2005 fue asesor del ministro de Defensa para asuntos de los servicios secretos, se había negado a acudir el pasado jueves a la convocatoria de los jueces instructores Jean-Marie d'Huy y Henri Pons.
Los magistrados pidieron y obtuvieron de la Fiscalía el uso de la fuerza pública para forzar al general a acudir a la cita de este lunes. Según pudo comprobar la prensa apostada ante el domicilio del general, los policías que le acompañaban se llevaron también materiales. Los dos jueces rechazaron que el abogado del general estuviera presente en el interrogatorio, en el que comparece como mero testigo.
Rondot, que fue interrogado como testigo por los jueces el pasado marzo, anunció hace una semana que, si éstos le obligaban a declarar de nuevo, no respondería a sus preguntas. Explicó entonces que se sentía maltratado por los jueces y denunció las filtraciones a la prensa de sus declaraciones y de sus notas, en violación del secreto del sumario.
El general es visto como un testigo clave en la parte "política" del escándalo, que ha salpicado al debilitado primer ministro, Dominique de Villepin, y al presidente, Jacques Chirac. En marzo, Rondot había dicho a los jueces que en 2004 Villepin, entonces ministro de Exteriores, le había pedido, por instrucciones de Chirac, que investigara sobre listados, enviados a la justicia y que resultaron ser falsos, de supuestos titulares de cuentas en la sociedad luxemburguesa de pagos y compensación Clearstream.