Los países de la OTAN cerraron este lunes sin acuerdo otra jornada de discusiones sobre una posible implicación de la organización en operaciones en torno a Libia y volverán a estudiar la cuestión mañana, indicaron fuentes de la Alianza. "Aún no se ha tomado la decisión de actuar", reconocieron las fuentes, que precisaron que "es una cuestión compleja y queremos hacerlo bien".
Los embajadores de los 28 países de la Alianza se reunirán mañana de nuevo, por quinto día consecutivo, para tratar la situación en Libia, en concreto el plan de operaciones para el cumplimiento de la zona de exclusión de vuelos sobre Libia y la directiva de ejecución del embargo de armas ordenado por la ONU.
Las reticencias de Turquía (el único país musulmán de la organización) y de Alemania a participar en los ataques que comenzaron el mismo viernes están causando buena parte de los retrasos a la hora de decidir el posible papel de la Alianza, según indicaron varias fuentes diplomáticas.
Otro factor de complicación es que varios países árabes que no pertenecen a la organización se han comprometido a apoyar a las potencias occidentales. Francia ha asegurado que la Liga Árabe no quiere transferir la dirección de las operaciones a la Alianza, que sigue discutiendo qué hacer.
Las discusiones en la sede de la OTAN se desarrollan mientras tienen lugar una serie de movimientos diplomáticos en países europeos y árabes.
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, señaló este lunes que la OTAN está preparada para prestar su apoyo en "unos días" a la operación militar. Juppé, quien asistió en Bruselas a una reunión de ministros de Exteriores de la UE, afirmó que "muchos países desearían pasar la operación bajo bandera de la OTAN", pero también subrayó que "hay que tener en cuenta la opinión de los países árabes".
La ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, afirmó que a España "le parece bien" que las operaciones militares se hagan "en coordinación con la OTAN", pero no necesariamente con la Alianza Atlántica al mando. En este sentido, Jiménez reconoció que la deseable participación de países árabes en las operaciones militares hace más complicado que la OTAN se haga cargo de la dirección de los ataques.
En todo caso, la ministra recalcó que la participación de la Alianza "no es imprescindible", ya que por ahora la coalición internacional ha logrado aplicar los términos de la resolución 1973 que aprobó el pasado viernes el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para proteger a la población civil libia.
Por su parte, Italia advirtió de que se plantea retomar el control de sus bases militares, desde las que están partiendo aviones de la coalición internacional que ataca Libia, en caso de que el mando de la operación no pase a manos de la OTAN. "Si hay una multiplicación de mandos, lo que sería un error en sí mismo, tendríamos que buscar fórmulas para que Italia retome el control de sus propias estructuras", dijo también en Bruselas el ministro de Exteriores transalpino, Franco Frattini. Roma insiste en que la Alianza Atlántica se haga cargo de la dirección de la operación internacional, actualmente en manos de Estados Unidos con el apoyo de Francia y Reino Unido.
Por otro lado, y según publica el periódico Avui, el Consejo de Seguridad de la ONU se ha vuelto a reunir este lunes a puerta cerrada a petición del gobierno libio para discutir sobre los límites de la resolución 1973.