L D (EFE) El mandato dado este jueves por el Consejo Atlántico (máximo órgano político de la OTAN) supone un paso significativo hacia una eventual mayor presencia de sus tropas más allá de los límites de Kabul, donde actúa ahora la ISAF (Fuerza Internacional para la Asistencia y la Seguridad en Afganistán), y se produce después de vencer el "procedimiento de silencio" de 24 horas que permitía a las capitales de los países miembros oponerse a esta decisión. Pero al no haber expresado reservas ningún país, ya se ha puesto en marcha el proceso y las autoridades militares deberán entregar al Consejo Atlántico sus conclusiones antes del próximo día 26.
En principio, los aliados están de acuerdo sobre el concepto de extender el mandato de la ISAF más allá de los límites de Kabul, pero "no hay consenso" sobre la forma de acometer esa misión. Por ello, el Consejo ha pedido a los militares que estudien un amplio abanico de opciones, como la viabilidad militar de una posible extensión, la cantidad de tropas y recursos que se necesitarían y los riesgos para la seguridad de una operación de esa envergadura. Los militares también examinarán un posible papel de la OTAN en los llamados "grupos provinciales de reconstrucción", que algunos países como EEUU y Reino Unido ya tienen desplegados en diferentes provincias de Afganistán. Alemania se dispone a poner también en marcha un grupo de ese tipo al ser uno de los países más interesados en una extensión del mandato de la ISAF para que la misión se desarrolle bajo bandera de la ONU y de la OTAN.
Fuentes aliadas han advertido de que "no hay que esperar una decisión rápida" por parte de los países, una vez que las autoridades militares presenten sus recomendaciones. Habrá entonces un abanico de opciones sobre la mesa que deberán ser estudiadas de forma muy prudente. "El problema no es expandirse o no, sino ver los recursos que se necesitan y quien los puede ofrecer, así como analizar cuál es el mejor modo de hacerlo", añaden las fuentes.
El Consejo Atlántico ha adoptado esta decisión después de una semana de intensos debates y consultas de expertos sobre Afganistán, dadas las dudas de muchos países aliados. El hecho de que el mandato a las autoridades militares haya sido sometido a un procedimiento de silencio también demuestra que ha costado alcanzar un consenso incluso sobre el primer punto de partida de una eventual expansión; es decir, el reclamar asesoramiento a los militares sobre la viabilidad de la misión. Actualmente, la Alianza Atlántica dirige los 4.600 soldados desplegados en Kabul, pertenecientes a 31 países, en su mayoría socios de la OTAN, desde el pasado 11 de agosto, cuando asumió el mando estratégico, el control y la coordinación de la ISAF, hasta entonces dirigida por Alemania y Holanda.
En principio, los aliados están de acuerdo sobre el concepto de extender el mandato de la ISAF más allá de los límites de Kabul, pero "no hay consenso" sobre la forma de acometer esa misión. Por ello, el Consejo ha pedido a los militares que estudien un amplio abanico de opciones, como la viabilidad militar de una posible extensión, la cantidad de tropas y recursos que se necesitarían y los riesgos para la seguridad de una operación de esa envergadura. Los militares también examinarán un posible papel de la OTAN en los llamados "grupos provinciales de reconstrucción", que algunos países como EEUU y Reino Unido ya tienen desplegados en diferentes provincias de Afganistán. Alemania se dispone a poner también en marcha un grupo de ese tipo al ser uno de los países más interesados en una extensión del mandato de la ISAF para que la misión se desarrolle bajo bandera de la ONU y de la OTAN.
Fuentes aliadas han advertido de que "no hay que esperar una decisión rápida" por parte de los países, una vez que las autoridades militares presenten sus recomendaciones. Habrá entonces un abanico de opciones sobre la mesa que deberán ser estudiadas de forma muy prudente. "El problema no es expandirse o no, sino ver los recursos que se necesitan y quien los puede ofrecer, así como analizar cuál es el mejor modo de hacerlo", añaden las fuentes.
El Consejo Atlántico ha adoptado esta decisión después de una semana de intensos debates y consultas de expertos sobre Afganistán, dadas las dudas de muchos países aliados. El hecho de que el mandato a las autoridades militares haya sido sometido a un procedimiento de silencio también demuestra que ha costado alcanzar un consenso incluso sobre el primer punto de partida de una eventual expansión; es decir, el reclamar asesoramiento a los militares sobre la viabilidad de la misión. Actualmente, la Alianza Atlántica dirige los 4.600 soldados desplegados en Kabul, pertenecientes a 31 países, en su mayoría socios de la OTAN, desde el pasado 11 de agosto, cuando asumió el mando estratégico, el control y la coordinación de la ISAF, hasta entonces dirigida por Alemania y Holanda.