LD (Agencias) En las franjas de seguridad creadas por el Ejército ruso en torno a las separatistas regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia "son frecuentes los casos de violencia y menoscabo de los derechos de los ciudadanos", afirmó Kalin en rueda de prensa en Tiflis. "Hay que poner fin a la violencia de elementos armados respecto a los civiles y crear condiciones para la defensa jurídica de los ciudadanos, que en las condiciones actuales es imposible en las zonas de seguridad", subrayó el diplomático.
El representante especial del secretario general de la ONU exigió que Rusia cumpla sin falta su compromiso de retirar a sus soldados hasta el próximo viernes de las franjas de seguridad, donde están siendo relevados por observadores de la Unión Europea (UE). Según el acuerdo suscrito entre Rusia y la UE, la misión europea debe asumir en solitario desde el 10 de octubre las funciones de observación en la franja de seguridad entre el territorio georgiano administrado por Tiflis y las regiones separatistas.
"Las tropas rusas deben abandonar en el plazo previsto esas zonas, pues decenas de miles de personas quieren volver a sus casas, pero sólo bajo garantías de su plena seguridad", dijo sobre los georgianos expulsados durante la ofensiva militar rusa lanzada el 8 de agosto tras el ataque de Georgia contra Osetia del Sur. Kalin alabó las medidas tomadas por las autoridades para dar cobijo a los desplazados que causó el conflicto bélico y los esfuerzos de la comunidad mundial por prestar ayuda humanitaria a esas personas.
Durante su visita a Georgia, Kalin se reunió con miembros del Gobierno, visitó campamentos de refugiados en Gori, cerca de Osetia del Sur, así como esa región separatista, su capital, Sujumi, y los territorios georgianos adyacentes ocupados por las tropas rusas y convertidos en franjas de seguridad. "La visita ha servido para estudiar las posibilidades de la ONU de prestar asistencia a los desplazados y las perspectivas de su retorno a los lugares de residencia", dijo Kalin, quien entregará su informe al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Mientras, la Misión de Observadores de la UE en Georgia (EUMM), aseguró hoy mismo que supervisará atentamente el retorno de los refugiados georgianos a sus casas tras la retirada de las tropas rusas de las franjas de seguridad. El jefe de la EUMM, el alemán Hans-Jörg Haber, informó de que el personal de la misión, que inició sus funciones en el país caucásico el pasado día 1, ya incluye a 226 personas, del total de 352 que tendrá asignadas, incluidos 200 observadores propiamente dichos.
Haber afirmó que "después del 10 de octubre la EUMM ampliará la zona de patrullas" e insistió en la necesidad de desplegar observadores también en territorio abjaso y suroseta, a pesar de que los líderes de ambas regiones se niegan a permitirles acceso. "La misión de la Unión Europea tiene mandato para observaciones en todo el territorio de Georgia, por eso paulatinamente extenderá el proceso de supervisión a esas regiones de las zonas de conflicto", aseguró.
Los observadores europeos, que permanecerán, como mínimo, durante un año en Georgia, tienen sus cuarteles en la capital, Tiflis; el distrito de Gori, cerca de Osetia; Zugdidi, limítrofe con Abjasia, y en el estratégico puerto de Poti (mar Negro). A la misión comunitaria contribuyen un total de 22 estados comunitarios, en particular Francia (la más numerosa con 36 gendarmes), Italia (35), Polonia (26), Alemania y Suecia (25), mientras España aporta 10 guardias civiles.