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La ONU delega la solución política de Haití para centrarse en la ayuda humanitaria

La sesión extraordinaria de la Asamblea General de Naciones Unidas, celebrada este viernes, ha decidido concentrar sus esfuerzos en el suministro de ayuda humanitaria y protección de los derechos humanos en Haití, mientras que la crisis política deberá ser abordada por la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

L D (EFE) La crisis haitiana tiene su origen en las denuncias formuladas por la oposición contra el presidente Jean-Bertrand Aristide, al que acusan de haber alentado el fraude en los comicios legislativos de 2000. Esta situación política tensa se ha agravado con el levantamiento de determinadas facciones, muchas de ellas formadas por antiguos militares.

El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Kieran Prendergast, ha anunciado que la organización está tratando de hacer todo lo posible para atender las necesidades de la población. Fruto de la preocupación que existe sobre el tema, Prendergast ha adelantado que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombrará en breve a un asesor especial para Haití que le pueda suministrar información directa sobre lo que ocurre en el país. "Ahora mismo, la ONU no tiene presencia política en Haití, por lo que toda la información que tenemos la obtenemos por los medios de comunicación", explica.

La ONU ha enviado una misión de evaluación para conocer exactamente las necesidades de la población, pues los disturbios han hecho que se suspendan los trabajos de las agencias humanitarias y se paralice la mayor parte de los hospitales del país. Por ello, Prendergast exige la apertura de un corredor terrestre que permita el reparto de los bienes de primera necesidad y la atención a los más necesitados, así como el cese de las violaciones de los derechos humanos en el país.

En sintonía con otras intervenciones suyas, el diplomático dice que la mediación política entre el gobierno de Aristide, la oposición y las fuerzas rebeldes debe quedar en manos de las dos organizaciones de la zona más activas, el CARICOM y la Organización de Estados Americanos (OEA). "Se necesita la acción concertada de la comunidad internacional, bajo el liderazgo de estas dos organizaciones. Annan apoyará sus esfuerzos, pero la ONU se centrará en la ayuda humanitaria y los derechos humanos", señala.

CARICOM y la OEA son, precisamente, las impulsoras del plan de medidas que el gobierno de Aristide se comprometió a llevar a cabo hace apenas unas semanas para recuperar la confianza en el país, lograr de nuevo la implicación de la oposición en la vida política, y preparar la celebración de elecciones democráticas. Entre estas medidas, figura la de potenciar el papel del primer ministro y de su gabinete, lograr la colaboración de la oposición en la convocatoria de elecciones libres, tratar de desarmar a los grupos rebeldes, estimular el trabajo de la policía, y mejorar la formación de los funcionarios del cuerpo de Justicia.

"Si el Gobierno de Haití y la oposición cumplen sus compromisos, la comunidad internacional actuará para frenar a las facciones armadas que tratan de deponer al presidente y atacar a la democracia", ha dicho en el debate el representante de CARICOM y ministro de Asuntos Exteriores de Bahamas, Fred Mitchell. El embajador de Haití ante la ONU, Jean Alexandre, afirma ante el resto de representantes internacionales que su Gobierno está firmemente comprometido a avanzar con este plan, que él denominó como "La Hoja de Ruta" de Kingston (capital de Jamaica), en referencia al lugar donde se firmó. En el debate, todos los países del entorno del Caribe mostraron su preocupación por la crisis de Haití, especialmente República Dominicana -con la que comparte la isla-, las Bahamas y Cuba, que tiene desplazados a la zona a medio millar de médicos y personal sanitario.

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