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La OIEA rebaja el alarmismo y la eléctrica de Tokio se disculpa por datos erróneos

La situación en Fukushima sigue siendo "muy grave", pero la OIEA ha querido rebajar el nivel. TEPCO ha tenido que pedir perdón por los datos erróneos.

La temperatura y la radiación en diversos sectores de la central han decrecido, según el último informe publicado por el OIEA que, sin embargo, sigue calificando de "muy grave" la situación en la planta.

A estas informaciones del organismo internacional se unen nuevos datos provenientes de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO por sus siglas en inglés), que ha tenido que pedir disculpas por haber difundido que en el reactor número 2 de Fukushima-1 se habían alcanzado niveles de radiación diez millones de veces superiores a los normales.

En la misma línea, Japón va a solicitar a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que no "reaccione de forma exagerada" a la crisis nuclear que vive el país. Algunos países han restringido la importación de alimentos provenientes de las prefecturas afectadas para evitar la contaminación, y el Ejecutivo japonés –que no cuenta con el apoyo de los ciudadanos en la gestión de la crisis- intentará convencer de que la situación de contaminación no es equiparable a la alerta generada por algunos medios.

Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica, "las mediciones de radiación en las vasijas de contención y las cámaras de supresión de las unidades 1, 2 y 3 continuó bajando. Humo blanco siguió saliendo de las unidades 1 a la 4", explicó en un comunicado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre la evolución de las últimas horas.

En la vasija de presión del reactor 1 se ha detectado un ligero aumento de presión, mientras que en las unidades 2 y 3 sigue estable, lo que según el OIEA "posiblemente indica que no hay brechas importantes en las vasijas de presión".

El OIEA ha mostrado su preocupación porque una fisura en la vasija que contiene el reactor número 3, cargado con plutonio, sea el origen de los altos niveles de radiactividad que el pasado jueves obligaron hospitalizar a dos operarios.

Respecto a la temperatura, las mediciones en el fondo de la vasija de presión de los reactores 1 y 2 muestran un ligero enfriamiento, aunque los valores siguen siendo altos, de 142 y 97 grados centígrados, respectivamente.

Se ha logrado ya dotar de energía a las salas de control de los tres primeros reactores, en los que se sigue vertiendo agua dulce para enfriarlos.

Al mismo tiempo, se sigue achicando el agua radiactiva acumulada en el edificio de la turbina del reactor 1, para reducir el riesgo de contaminación de los operarios y facilitar los trabajos de restauración del suministro eléctrico que permita activar los vitales sistemas de refrigeración.

También se continúa vertiendo agua en las piscinas que albergan el reactor usado de los reactores 1 al 4.

Respecto a las mediciones de radiactividad fuera de la central, el OIEA indica que entre el 18 y el 25 de marzo no se han detectado nuevas acumulaciones de radionucleidos en 28 de las 45 prefecturas sobre las que se tienen datos.

En siete regiones se han registrado nuevas acumulaciones de menos de 500 becquerel por metro cuadrado, en lo que se refiere a yodo 131, y de menos de 100 becquerel por metro cuadrado de cesio 137.

Los valores más altos se registraron el sábado en Yamagata, con 7.500 becquerel por metro cuadrado de yodo 131 y 1.200 de cesio 137.

TEPCO pide perdón

En definitiva, las informaciones vertidas a la prensa a lo largo del domingo vienen a rebajar categóricamente la alarma de contaminación dada a conocer en los medios. La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio, con sus disculpas, viene a confirmar el poco beneficioso efecto de bola de nieve informativa generada por la grave situación.

Esta información sobre la radiación en el agua del reactor es errónea, ha explicado un vicepresidente de TEPCO, Sakae Muto, según recoge la cadena de televisión japonesa NHK.

Muto ha anunciado que se van a realizar nuevas pruebas de radiación a muestras de agua filtradas en el interior del edificio que alberga la turbina del reactor, ya que el dato de 2.900 millones de becquerelios anunciado esta madrugada correspondía no al yodo-134, sino a una sustancia con una vida radiactiva mucho menor.

La muestra examinada esta mañana sí tenía sin embargo unos niveles altos de radiación de unos 1.000 milisieverts a la hora, ha confirmado Muto.

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