LD (Agencias) La OEA fracasó en sus esfuerzos por lograr un consenso sobre los derechos humanos en Cuba en una sesión regular de su Consejo Permanente, que puso de manifiesto las divisiones que el régimen de Fidel Castro ha causado en la región. Una resolución de condena propuesta por Nicaragua tras el arresto de disidentes y la ejecución de tres de ellos el mes pasado se diluyó en una declaración de "profunda preocupación" que, al final, fue rechazada por un grupo de países que afirmó que el Consejo Permanente no es un foro adecuado para tratar el tema.
Pese a ese fracaso, la mayoría de los embajadores de los 34 miembros del organismo se felicitó por el hecho de que el documento abrió una puerta de acercamiento, al recomendar "acciones conducentes a un diálogo amplio y constructivo...que puedan contribuir a la integración de todas las naciones en un hemisferio democrático". Cuba fue excluida de participar en el sistema en la Octava Reunión de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Punta del Este (Uruguay), en 1962, casi tres años después del triunfo de la revolución en Cuba.
La declaración fue presentada por Canadá, Chile y Uruguay, tras una propuesta de Nicaragua planteada el 23 de abril y recordaba a Cuba que, aunque está marginada del sistema regional, sigue comprometida a respetar los derechos humanos. La declaración contó con el apoyo de EEUU; sin embargo, un grupo de países encabezado por Venezuela afirmó que el Consejo Permanente no era el foro adecuado para tratar el problema de un país que está impedido de defenderse. Al final de la sesión, la declaración sobre Cuba tuvo el respaldo de 16 de los 34 países miembros de la organización regional, mientras que los 18 restantes se negaron a apoyarla o no se pronunciaron sobre el problema.
Pese a ese fracaso, la mayoría de los embajadores de los 34 miembros del organismo se felicitó por el hecho de que el documento abrió una puerta de acercamiento, al recomendar "acciones conducentes a un diálogo amplio y constructivo...que puedan contribuir a la integración de todas las naciones en un hemisferio democrático". Cuba fue excluida de participar en el sistema en la Octava Reunión de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Punta del Este (Uruguay), en 1962, casi tres años después del triunfo de la revolución en Cuba.
La declaración fue presentada por Canadá, Chile y Uruguay, tras una propuesta de Nicaragua planteada el 23 de abril y recordaba a Cuba que, aunque está marginada del sistema regional, sigue comprometida a respetar los derechos humanos. La declaración contó con el apoyo de EEUU; sin embargo, un grupo de países encabezado por Venezuela afirmó que el Consejo Permanente no era el foro adecuado para tratar el problema de un país que está impedido de defenderse. Al final de la sesión, la declaración sobre Cuba tuvo el respaldo de 16 de los 34 países miembros de la organización regional, mientras que los 18 restantes se negaron a apoyarla o no se pronunciaron sobre el problema.