Colabora

La ocupación de Tikrit supone la caída del último reducto del régimen de Sadam

Un centenar de tanques de EEUU han tomado el centro de Tikrit, que permanece en calma. Miembros de la Guardia Republicana y "fedayines" están presentando escasa resistencia al avance aliado en el norte de la ciudad. Líderes locales negocian la capitulación después de que fracasara un primer acuerdo de alto el fuego. La toma del último bastión del régimen pone técnicamente final a la guerra.

LD (Agencias) Al menos veintidós líderes locales están negociando la capitulación de Tikrit, la última ciudad donde los “restos” del Ejército iraquí y milicias del partido Baaz continúan presentando resistencia. Un centenar de tanques se han desplegado en el centro de la ciudad. La población permanece recluida en sus casas y da la impresión de que muchos de los comercios han sido saqueados, así como algunas de las fabricas que hay a la entrada de la ciudad. Todos los accesos están bloqueados y no se permite la entrada de ninguna persona a la ciudad. Corresponsales en la zona han informado de que los “marines” han logrado hacerse con el control de los suburbios. Tropas de infantería apoyadas por tanques, helicópteros de la clase “Cobra” y aviones F-18, avanzan desde el sur, oeste y norte casa por casa hacia el centro urbano. El objetivo es capturar las sedes gubernamentales y los posibles refugios de la cúpula del derrocado régimen de Sadam Husein. Según la cadena qatarí Al-Jazeera , varias unidades de la Guardia Republicana están intentando escapar por el este de la ciudad.

Desde este domingo, los estadounidenses concentraron sus esfuerzos en la captura de Tikrit. Las tropas encontraron escasa resistencia en los alrededores de la ciudad y estarían recibiendo apoyo de la población, según ha reseñado desde Doha (Qatar) el general Vincent Brooks, portavoz del Mando Central. Así, se conoció que los jefes de las quince principales tribus con presencia en la localidad natal de Sadam Husein pidieron a los mandos aliados que pusieran fin a los bombardeos para poder negociar la rendición pacífica de los “fedayines” que presentaban combate. Yusef Abdelaziz al Nasari, uno de los líderes, dijo que se pidió 48 horas para concertar la entrega de las armas. A cambio, los líderes exigen que los soldados "no entren en nuestras casas, que no toquen a nuestras mujeres y que no dejen venir a los kurdos para que nos saqueen". Tras una reunión, los dirigentes redactaron una escueta carta dirigida a los aliados: "en nombre de Dios, Todopoderoso. Nosotros, los abajo firmantes, jefes de las grandes tribus y familias de Tikrit y sus alrededores, nos hemos puesto de acuerdo para poner fin a la guerra, no derramar más sangre y proteger a nuestras familias y para permitir la entrada de las tropas estadounidenses, y sólo estadounidenses, en la ciudad de Tikrit, mientras nosotros nos comprometemos a hacernos cargo de los servicios básicos de la ciudad".


Con el asedio a Tikrit, el jefe militar de la coalición angloamericana, el general Tommy Franks, declaró que ninguna ciudad de Irak se encuentra ya bajo el control del derrocado régimen de Sadam Husein. “Verdaderamente, no conozco ninguna”, dijo en una entrevista con la televisión estadounidense Fox News cuando le preguntaron si aún había núcleos urbanos bajo dominio de Husein. El general admitió, sin embargo, que las tropas estadounidenses y británicas habían rodeado varias “ciudades y pueblos” en su avance hacia Bagdad y que la siguiente tarea será controlarlos del todo.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario