LD (V. Gago) La decisión de Magdi Cristiano Allam y su artículo del pasado domingo en el Corriere della Sera han recordado la verdad incómoda a la que Occidente –sus políticos, sus élites intelectuales, sus periodistas– no se atreve a mirar de frente: la incompatibilidad radical del islam con los valores humanistas y liberales que fundan la forma de vida occidental.
Allam, periodista de origen egipcio, subdirector del Corriere, vive bajo protección y semi-escondido en Italia, debido la fatwa que pesa sobre él por su decisión de convertirse al Catolicismo y por sus críticas a los fundamentos violentos, totalitarios e inhumanos del islam.
El periodista ha llegado a la conclusión, después de luchar "con convicción y hasta el cansancio por un Islam moderado", de que ese ideal es inviable.
"He llegado a comprender que, más allá de la contingencia de los fenómenos extremistas del terrorismo islámico a nivel mundial, la raíz del mal está inscrita en un Islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo", escribe Magdi Cristiano Allam en su Carta al Director del pasado domingo en el Corriere.
Los hechos confirman, casi a diario, los avisos que escritores como Allam o como Oriana Fallaci vienen emitiendo en el interior de las sociedades occidentales.
El periodista del Corriere es una denuncia viviente de las "nuevas catacumbas" a las que se ven condenados quienes deciden renunciar al Islam y convertirse a otra religión. Su realidad es silenciada por los medios de comunicación y desdeñada por los gobiernos europeos.
"En Italia hay millares de convertidos al Islam que viven serenamente su nueva fe", observa. "Pero también hay millares de musulmanes convertidos al cristianismo, que son constreñidos a silenciar su nueva fe por miedo de ser asesinados por los extremistas islámicos que hay entre nosotros".
Tampoco suele hablarse en Occidente del verdadero discurso islamista. En España ha pasado inadvertida la reciente cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, celebrada en Dakar (Senegal), entre los pasados días 17 al 21 de marzo.
El Nuevo Digital recoge algunas de las conclusiones más inquietantes de esa reunión de países islámicos, de la que apenas se ha hablado en la Prensa española. Algunos mandatarios islamistas han propuesto estudiar la creación de una alianza militar, al modo de la OTAN, para "responder militarmente a las ofensas al Islam".
A la reunión han asistido, por primera vez, dos representantes del Gobierno de Kosovo. La OCI "no ha tardado ni horas en reclamar al recién autoproclamado Estado europeo para la acción islámica conjunta". Por el momento, la delegación kosovar repetía que estaba allí sólo para conseguir reconocimientos internacionales para su independencia.